LA POESÍA DE LA BASURA
En Paraguay mientras algunos ven basura, niños y jóvenes de una comunidad marginada ven la materia prima para instrumentos musicales y, de paso, para un futuro mejor
Paraguay — Dos latas de mermelada imitan el sonido de una guitarra. Una placa en desuso de rayos X reproduce el parche del ruidoso tambor. Una ensaladera de aluminio combinada con viejos tenedores de alguna elegante mesa son usados para la concertina de violín y las tapitas de lata de refrescos y cervezas sirven como las teclas del saxo soprano de metal galvanizado.
Con estos materiales reciclados convertidos en instrumentos musicales, una veintena de niños pobres de una comunidad surgida en torno a un vertedero de desperdicios de la capital paraguaya ofrecen conciertos interpretando a Beethoven y Mozart o deleitando con la ondulante melodía de la Pantera Ro- sa y el romántico Yesterday de The Beatles.
Rocío Riveros, de 15 años, dijo que en un año aprendió a ejecutar una flauta traversa fabricada con lata.
“Hoy no puedo vivir sin la orquesta, al igual que mi hermano Andrés, que toca el saxo soprano de caño (metal) galvanizado”, agregó.
La agrupación comenzó a tocar hace un año y medio con la denominación Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura -el nombre de la localidad donde viven- y de inmediato generó interés, incluso del exterior. Ya hizo una gira por Panamá, Colombia y Río de Janeiro y el Museo de Instrumentos Musicales de Phoenix, Arizona, les compró dos chelos e igual cantidad de guitarras, trompetas, violines y saxos soprano. El museo invitó a los ni-