Un pitorro más suave al paladar... y legal
Pito Rico, hecho en Jayuya, cumple con todos los estándares requeridos por ley
JAYUYA - En una de las frías montañas de la Cordillera Central, un embriagador olor a ron artesanal se desprende de las afueras de una estructura, propiedad de la administración de este municipio y que desde noviembre pasado se ha convertido en una novedad para los residentes y visitantes de toda la Isla.
Atraídos por el aroma, curiosos llegan todos los días a este edificio para probar el pitorro legal que se prepara en la Destilería Cruz, casa del Pito Rico, y de paso, llevarse unas cuantas botellitas con la promesa de volver por más.
“Sabroso… Está bien rico, y suave. Eso es lo más que me gustó”, comentó Rosa M. Padín, una clienta que junto a su esposo, Juan Ortiz Serrano, se coló por la puerta trasera, la que conduce al área de operaciones de la destilería, para probar el producto.
“Está bien elaborado, al punto”, dijo su marido al secundarla.
José L. Cruz, el propietario del negocio, no titubeó en pasarlos a la tiendita para darles a probar algunos de los sabores del ron artesanal, que ya se distribuye en negocios de todo el país. Mientras, escuchaba atento las críticas positivas y comentarios de los clientes.
“Es que ni está alto en ron ni está bajito. Está delicioso. Yo no tomo ron así porque sí, y ya me di dos. De aquí salgo yo, imagínate”, continuaba expresando la mujer, entre risas, mientras
probaba el pitorro de coco, el que más le gustó.
Además de coco, el Pito Rico se produce en los sabores de parcha, tamarindo, china, anís y en su forma pura, que se conoce como ron elite, además de una sangría. Cruz espera que para marzo esa gama se amplíe con la integración de los sabores de guayaba, piña y almendra.
Lejos del pitorro que cada Navidad emerge y que se produce –y hasta se vende– de forma clandestina en alambiques caseros, el ron producido por Cruz es uno que cumple con los estándares requeridos por las reglamentaciones de las agencias locales y federales, según indicó el empresario.
El Pito Rico, explicó, se prepara bajo un estricto proceso para llevarlo al porcentaje de alcohol requerido por ley (40%), y a la vez limpiarlo de los químicos que generan la sensación de quemazón en la garganta y estómago y el dolor de cabeza característico de la resaca. Entre los componentes dañinos que le sacan al producto, mencionó acetonas, cloruro, cianuro y etílicos malignos. El pitorro ilegal puede contener hasta un 180% de alcohol.
“Al nosotros quitarle todos esos químicos y balancear el alcohol y purificarlo, estamos haciendo un pitorro con el mismo olor, mismo sabor, sin químicos”, agregó Cruz.
Es por esto que el destilado es más suave al paladar que el que se prepara de manera ilegal, pero aún así conserva el sabor a ron con las notas de la fruta a base de la cual está preparado.