Por BBC Mundo
Tener superpoderes virtuales puede motivar a las personas a hacer el bien en la vida real. Esta fue la conclusión a la que llegaron especialistas de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
La finalidad del estudio publicado en la revista PLOS ONE, que contó con la participación de 30 mujeres y 30 hombres, fue averiguar si se puede usar tecnología de realidad virtual para inducir a las personas a ayudar al prójimo.
“Pensé que si permitíamos que un individuo personifique una habilidad mejorada, como la de un superhéroe, podría sentirse y actuar más como superhéroe y el efecto duraría incluso después de salir de la realidad virtual”, le explicó a BBC Mundo Robin Rosenberg, jefa del estudio.
Durante la investigación, la mitad de los participantes estuvieron en un helicóptero virtual, mientras que a la otra se le otorgó el super poder de volar.
A la mitad de cada grupo se le pidió que actuara de forma heroica y salvara a un niño diabético, ya sea en el helicóptero o con los superpoderes, y a los otros se les dijo que sencillamente sobrevolaran la ciudad virtual.
Los participantes con superpoderes en la realidad virtual fueron más propensos a ayudar en la vida real.
La idea detrás de esta prueba era averiguar si importaba o no realizar una acción heroica para sentirse superhéroe, indicó Rosenberg.
“Descubrimos que no importa. El solo hecho de tener la habilidad de volar llevó a la gente a ayudar más fuera de la realidad virtual”, señaló la especialista, quien los puso a prueba.
Poco después de despedirse de sus avatares de superhéroes –y sin saberlo- se encontraron en situaciones en las que podían ayudar sin que se lo pidieran, como recoger el bolígrafo a alguien que se la había caído.
Aquellos que venían de sentirse superhéroes se mostraron más propensos a hacer el bien.
“Nunca les dijimos que serían superhéroes, solo les dimos el poder de volar. No mencionamos las palabras ‘súper’ o ‘héroe’”.
No obstante, Rosenberg agregó que al otorgarles superpoderes y pedirles que realizaran una acción con ellos, los hacía sentir como superhéroes sin nece- sidad de mencionar la palabra.
Una reacción muy distinta de quienes volaron en helicóptero.
Si bien la mitad de ese grupo pudo hacer el bien ayudando al niño diabético virtual, en la vida real no se mostraron tan propensos a ayudar, dijo la investigadora.