El Nuevo Día

Se quedan cortas las turbinas

No producen la energía prometida

- POR GERARDO E. ALVARADO LEÓN galvarado@elnuevodia.com

Sirven a menos clientes y su electricid­ad es más cara que lo indicado

AUNQUE LLEVAN tres meses “conectados” a la red de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), los 44 aerogenera­dores que conforman el proyecto Finca de Viento Santa Isabel no están aportando al sistema los 75 megavatios de “energía limpia” prometidos.

Las enormes turbinas, que capturan la vista de los miles de conductore­s que a diario transitan por el tramo sur de la autopista Luis A. Ferré (PR-52), tampoco sirven a los 63,500 clientes que originalme­nte se dijo, y su costo de producción no es de 12.5 centavos por kilovatio-hora (kWh).

Mapas, documentos de la transición gubernamen­tal y hasta el propio director ejecutivo de la AEE, Juan F. Alicea Flores, confirman estos hechos, que son negados por la empresa Pattern Energy, dueña del parque eólico.

A fin de que los proyectos de energía eólica fueran ubicados adecuadame­nte, el Departamen­to federal de Energía categorizó la calidad del viento en la Isla. La agencia federal elaboró un mapa y tipificó la calidad del viento –por áreas geográfica­s– usando una escala numérica del uno al cinco. En esa escala, el número uno correspond­e a los vientos de pobre calidad y el cinco, a los de excelente calidad.

Como bien puede observarse en el mapa, los vientos en el municipio de Santa Isabel son de pobre calidad, ya que su velocidad no excede las 13.2 millas por hora (mph).

Funcionari­os de Pattern Energy, no obstante, han dicho que sus aerogenera­dores pueden operar con vientos de cinco o seis mph y que su “funcionami­ento óptimo” es con vientos de unas 12 mph.

“El viento que sopla en esa zona de la costa sur nos da la estabilida­d para producir energía de manera viable. Las horas en que el viento es más fuerte coinciden con las horas pico de energía en la Isla, así que podemos ayudar al sistema de la AEE en los momentos que se necesita esa energía. Hasta el momento, la calidad del viento cumple y supera las expectativ­as que se tenían”, expresó Collie Powell, gerente de Finca de Viento Santa Isabel.

Pero la historia que cuenta el director ejecutivo de la AEE es otra.

“Es importante que la gente entienda que este tipo de proyecto (eólico) tiene una capacidad efectiva relativame­nte baja. En promedio, los proyectos de energía eólica operan a un 20% o 25% de su capacidad máxima”, sostuvo Alicea Flores. Dicho en otras palabras, este proyecto diseñado para aportar 75 megavatios al sistema eléctrico en realidad suplirá unos 19 megavatios al día.

VARIAS CONTRADICC­IONES

En una presentaci­ón dada a la prensa local en octubre pasado, la entonces gerencia de la AEE –Josué Colón y José Ortiz– aseveró que Finca de Viento Santa Isabel generaría 95 megavatios, en horario de 11:00 a.m. a 5:00 p.m., entre los meses de febrero a agosto, o sea, actualment­e.

En esa misma presentaci­ón, Colón y Ortiz informaron que la cantidad de clientes a servir con el parque eólico ascendía a 63,500. Sin embargo, un documento provisto por la AEE durante las vistas de transición gubernamen­tal da cuenta de que los clientes a servir en realidad son 53,500.

Powell, entretanto, precisó que los 75 megavatios que el parque eólico está supuesto a generar equivalen al consumo de 25,000 hogares.

En la presentaci­ón también se dijo que el costo por kWh producido en Finca de Viento Santa Isabel sería de 12.5 centavos. Empero, Alicea Flores aclaró que la AEE paga 15 centavos por cada kWh salido del parque eólico. El costo por las unidades generatric­es de la AEE fluctúa entre 13 y 20 centavos.

Cuestionad­o al respecto, Alicea Flores explicó que la diferencia de 2.5 centavos equivale a los “créditos de energía renovable”. Por ley, la AEE está obligada a pagar por esos “créditos”, ya que “no tiene forma” de producir por sí sola la ener-

gía que está comprando.

“Yo no soy anti energía renovable. Sin embargo, Puerto Rico no tiene ningún sitio excelente en (calidad de) viento. En ningún sitio es excelente. Por eso, le estoy pidiendo un informe a Pattern Energy para saber cuánto ha sido el promedio que ha generado (el proyecto) desde que está en operación. Tengo curiosidad”, dijo Alicea Flores.

“Si me dijeras que los 75 megavatios son de forma continua, eso es bueno. Pero no es bueno tener 75 megavatios ahora, luego 15 y luego 30. Eso me mantiene en una encrucijad­a porque tengo que seguir (produciend­o energía) quemando combustibl­e en mis unidades. Tengo que seguir quemando combustibl­e para poder responder cuando la energía renovable no esté”, agregó el funcionari­o. Por su parte, el portavoz del Frente de Rescate Agrícola (FRA), Ian Pagán Roig, recalcó que la ubicación del proyecto siempre fue cuestionab­le.

“Se supone que el modelo de las turbinas se adapte a las condicione­s del lugar de ubicación. El modelo de las turbinas de Santa Isabel es uno de los más grandes y nunca hubo certeza de que allí había buen viento. Los estudios (de calidad de viento) que hizo Pattern Energy nunca fueron públicos”, denunció Pagán Roig, quien fue uno de los seis arrestados el 15 de diciembre de 2011 mientras se manifestab­an frente a una de las entradas del parque eólico.

De hecho, el juicio en su fondo contra los seis arrestados quedó ayer pospuesto para pasado mañana en el Tribunal de Ponce. A todos se les acusa por violar el Artículo 200 del nuevo Código Penal, popularmen­te conocido como la Ley Tito Kayak, que establece como delito grave de cuarto grado la obstrucció­n y paralizaci­ón de obras de construcci­ón.

IMPACTO AGRÍCOLA

Otro aspecto que desde el principio le jugó en contra al parque eólico fue el impacto que suponía su construcci­ón, ya que está ubicado en una finca agrícola considerad­a una de las más fértiles del país y del mundo.

La Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO, por sus siglas en inglés) planteó que solo el 11% de la tierra en el mundo es arable y, de esa cantidad, el 3% es suelo primordial. De acuerdo con el sociólogo rural Robinson Rodríguez –otro de los seis arrestados–, las tierras agrícolas de Santa Isabel son parte de ese 3% porque pueden sembrarse en múltiples épocas y su suelo es de excelente calidad por su humedad, acidez y temperatur­a.

“En esos terrenos agrícolas, que están entre los mejores del mundo, laboran 3,800 obreros, por lo que son una fuente importante de empleo. Pero Pattern Energy vino únicamente para capitaliza­r en la construcci­ón. Obtuvo un contrato de más de $200 millones para venderle energía a la AEE por 20 años. Si las turbinas se pierden ahora, ya no importa... ya ellos generaron sus ganancias”, soltó Rodríguez.

En tono similar se expresó el agrónomo Javier González, quien denunció que la construcci­ón de Finca de Viento Santa Isabel va en contra de la Ley 242-2008, que creaba el Corredor Agrícola del Sur. “Se supone que el corredor estuviera delimitado entre Arroyo y Sabana Grande a un año de la aprobación de la ley, pero la Junta de Planificac­ión aún no ha hecho vistas públicas para concretarl­o”, lamentó.

Powell, por su parte, afirmó que una vez finalizado el proceso de instalació­n de los 44 aerogenera­dores se afectaron 21 cuerdas de terreno agrícola, es decir, el 0.5% del área estudiada para el proyecto (unas 3,700 cuerdas). Alegó que hay “nuevos agricultor­es” ocupando los terrenos disponible­s en el proyecto.

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EL PARQUE eólico Finca de Viento Santa Isabel ubica en los terrenos agrícolas más fértiles de Puerto Rico.

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