El secuestro y su impacto en los vuelos
Aun si recortan las horas de las torres de control, aviones podrían aterrizar
EL IMPACTO FINAL del secuestro al presupuesto federal de las agencias de seguridad que laboran diariamente en los aeropuertos finalmente podría recaer sobre las líneas aéreas, si es que estas deciden continuar con la operación de vuelos nocturnos.
Aunque se ha dicho que es muy prematuro para determinar con exactitud las consecuencias locales de los recortes de presupuestos que, entre otras cosas, pro- pone la eliminación del turno de trabajo de 12:00 a.m. a 6:00 a.m. de los controladores de tráfico aéreo del aeropuerto Luis Muñoz Marín (LMM), por experiencias previas sí se conoce que son las propias líneas aéreas las que muchas veces terminan pagando por el servicio que prestan estas agencias a sus vuelos.
“Muchas aerolíneas están dispuestas a pagar impuestos de aeropuertos adicionales para poder operar vuelos fuera del horario de trabajo preestablecido por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés)”, detalló un controlador aéreo que prefirió no divulgar su nombre.
Irene Rocafort, gerente general de Aviación de la Autoridad de los Puertos, confirmó que en efecto esto es una posibilidad que pudiera permitir que las operaciones de la torre de control del aeropuerto LMM no se vieran afectadas, en caso de que se incluya la instalación en el plan de recortes de la FAA. “Hay muchas formas de evitar que las operaciones del aeropuerto no se afecten y esta es una de ellas”, dijo Rocafort.
La gerente además explicó que, aunque el trabajo de los controladores es importante principalmente por razones de seguridad, su ausencia no impide que los aviones puedan aterrizar o despegar del aeropuerto.
Rocafort explicó que no todos los aeropuertos cuentan con una torre de control, como por ejemplo el aeropuerto Mercedita de Ponce, y los pilotos para aterrizar o despegar utilizan un sistema de comunicación de radio frecuencia, conocido como UNICOM, que no necesita la asistencia de los con-
troladores aéreos.
A través de esta tecnología, los pilotos se pueden comunicar y obtener información necesaria para maniobrar como la velocidad del viento y la presión barométrica.
Mientras, el experto entrevistado indicó que bajo este sistema son los pilotos los que se comunican entre sí para saber si pueden aterrizar o despegar, y alertarse sobre alguna situación.
“Todos se comunican en una frecuencia común y alertan su posición para prevenir a cualquier otra aeronave que está en el espacio aéreo. Este sistema se utiliza mayormente en aeropuertos pequeños de poco tráfico, donde mayormente aterrizan aviones privados”, sostuvo el experto.
AUMENTA EL RIESGO
El entrevistado explicó que, si bien es cierto que las líneas aéreas comerciales con vuelos domésticos pueden operar sin controlador aéreo, bajo estas condiciones los costos de seguro para las aerolíneas incrementan.
Esto se debe a que las aseguradoras consideran que existe un mayor riesgo para las aerolíneas cuando operan sin la asistencia de una torre de control.
Otra consideración es que bajo estas condiciones solo los vuelos domésticos estarían ávidos para operar, mas no así los vuelos internacionales, añadió el conocedor.
Al cierre de esta edición, no fue po- sible una reacción de JetBlue, la aerolínea más grande en Puerto Rico.
LA AMENAZA NO ES NUEVA
María Franqui, profesora de la Escuela de Aeronáutica de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y quien trabajó por más de 30 años como operadora de torre de control, advirtió que esta no es la primera vez que surge la amenaza de reducir la jornada de trabajo de los controladores aéreos como medida de ahorro.
“Muchas veces lo vivimos nosotros, pero al final nunca pasaba nada”, detalló Franqui.
Según la profesora, en Puerto Rico laboran sobre 90 controladores de vuelo entre la torre de control del aeropuerto LMM y el Centro de Tráfico Aéreo localizado en la Base Muñiz.
La conocedora aseguró que, según el documento oficial publicado por la FAA, el aeropuerto LMM (identificado como SJU) es el único que aparece entre los aeropuertos que podrían afectarse por los recortes en los turnos de trabajo de los controladores aéreos. Ni el aeropuerto de Aguadilla (BQN), ni el de Isla Grande (SIG) aparecen en la lista.
“Estos dos aeropuertos no se pueden afectar porque en ninguno de ellos hay personal de la FAA. Las torres de ellos trabajan con personal subcontratado”, aclaró. Esta información fue confirmada también por Rocafort.