NECESARIO REPENSAR EL SECTOR TURÍSTICO
El bajón de siete escalones que ha sufrido Puerto Rico en el Reporte de Competitividad de Turismo y Viaje, del World Economic Forum, es sólo el preámbulo de una tendencia que el País debe enfrentar con imaginación y trabajo duro, diversificando sus oferta
En 2011, Puerto Rico salió relativamente airoso en el lugar número 45. Ahora ocupa el número 52, y queda por debajo de destinos como Panamá, México, Brasil y Costa Rica. No es que la situación sea desesperada, pero un descenso de esa categoría tiene que preocupar al Gobierno, pues sugiere, para empezar, que las estrategias empleadas y las grandes sumas gastadas en publicidad, no han dado frutos.
Los especialistas del World Economic Forum señalan, entre otras cosas, problemas de infraestructura y específicamente de transportación. Y eso es innegable. Todos, en un momento u otro, nos hemos topado con turistas que se despistan por las calles y buscan inútilmente alternativas de transportación pública -como las guaguas, por ejemplo- para acercarse a lugares de interés o a sus propios hoteles. Si a esto se le añade el factor de la inseguridad en las calles, tenemos que concluir que el escenario no es el más propicio para que la industria vuelva a escalar hasta el lugar que ha perdido.
Por otro lado, en momentos de crisis global, en que los demás países caribeños aprovechan para diversificar sus objetivos y dar especial atención a la potencial masa turística que proviene de los mercados emergentes, en especial los asiáticos, Puerto Rico no puede seguir anclado en una perspectiva caduca, de reducciones turísticas que suenan casi anacrónicas.
La importancia del informe del World Economic Forum no es sólo la de una lista en la que subimos o bajamos. Todo lo contrario: a base de ese informe es que las líneas aéreas, las compañías electrónicas de reservación de vuelos y hoteles, y hasta las grandes empresas que organizan encuentros y convenciones, se sirven para trazar sus planes de año en año.
Se había pensado -y Puerto Rico tiene la capacidad de hacerlo- en darle mayor énfasis al llamado "turismo médico", promocionando la excelencia de algunas instituciones hospitalarias del País y otros centros donde se practican pro- cedimientos de avanzada. Muy poco se ha hecho para coordinar los esfuerzos del Gobierno, si es que ha habido alguno, con los de la comunidad médica y científica en general. Se mantienen algunos esfuerzos aislados, pero la dejadez y el obsesivo enfoque en las garatas partidistas, también arruinan estas iniciativas.
La pérdida que ha representado la cancelación de ciertas líneas de cruceros, que mantenían un flujo continuo de viajeros, base de una boyante actividad comercial, es también responsable de la depresión del sector. Se supone que para 2014, si no se agudiza la crisis económica mundial, esa entrada de turistas a través de los barcos, que llegó a transportar a nuestras costas hasta 1.2 millones de pasajeros anualmente, se vaya recuperando poco a poco.
Por otro lado, las promesas surgidas con la APP del Aeropuerto Luis Muñoz, que se presume que atraerán nuevas líneas aéreas, y por lo tanto nuevas cepas de viajeros, tienen que corresponderse con estrategias que puedan adecuar los costos a las realidades de la zona.
Así mismo, el embellecimiento y mantenimiento de las costas, bosques y ciudades y la concienciación en protección ambiental, son básicos para que no caigamos en picada.
Siempre hay que tener en cuenta que el sector del turismo puede llegar a ser una industria estratégica para un país que cuenta con las bellezas naturales y las condiciones climatológicas de Puerto Rico. Pero, a la vez, se trata de una actividad económica que requiere estar reinventádose cada temporada, por lo que todo enfoque inmovilista redunda en la pérdida de competitividad y la erosión de la imagen cara a potenciales visitantes.
Puerto Rico tiene atractivos de sobra para convertirse en un destino turístico de primer orden. No desperdiciemos la oportunidad de proyectarnos como tal, ejercitando nuestra imaginación y colocando el turismo como una prioridad para dar un impulso extra a la atribulada economía del País.