Felicidades en el cielo
DESDE HACE tres años he repasado cada momento de tu existencia desde el instante en que naciste. He soñado como pudo haber sido tu vida, todo lo que pudiste haber hecho, si el 20 de diciembre de 2009, no te hubieran privado de ella. En estos días alguien se me acercó asombrado porque ya han pasado tres años desde tu partida. Si supieran que no importa cuánto tiempo pase, en cada despertar se renueva el dolor de tu ausencia, como si acabara de ocurrir tu muerte, solo el sueño me hace descansar. Hace unas semanas otra persona me comentó de lo corta que era la vida y sin pensar le contesté que era cierto, que la vida dura apenas 26 años, el tiempo que tu viviste. Aunque sigo aquí, hay una parte de mi corazón que se fue contigo. Cuánto daño se nos hizo a todos, un daño irreparable, cuánto dolor, cómo se afecta toda una familia. Todavía a los tres de años de tu muerte estamos tra- tando de levantarnos, de superar ese evento tan desgarrador. Si pudiéramos grabarle encima y borrar. Me encantaría pensar que un día se pueda hacer justicia, me gustaría pensar que tu caso al igual que el de muchos quede esclarecido, sin importar el apellido. Hoy, 12 de marzo de 2013, hubieras cumplido 30 años, como es costumbre nuestra, estaríamos llamándonos para celebrar contigo. Pero aunque ese evento no pueda volver a ocurrir en nuestras vidas, quedará el recuerdo de lo que fuiste. Vivirás eternamente en el corazón de los que te amamos, eso no lo podrá matar nadie. Estará presente en nosotros tu sonrisa, tus carcajadas y, principalmente, el gran ser humano que vivió en ti. Tus zapatos nos quedan grandes hijo mío, pero trataremos de seguir tu ejemplo.
Feliz cumpleaños hijo amado, de tu madre que te amará eternamente,
CARMIÑA