Orillas compartidas
El flamenco saluda hoy al Festival Casals con el espectáculo Entre dos orillas en el Arriví
Los acordes de la guitarra y el fado sientan la atmósfera. Melancolía, tristeza, alegría, cada sentimiento tiene su espacio e impulsa los movimientos de sus bailaores. La pasión es un requisito.
“Bailar sin pasión sería como ponerte unos zapatos y no tener nada que contar”, pone como ejemplo el bailaor Antonio Molina “El Choro”, integrante de la compañía Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco que hoy, a las 8:00 p.m., se presentará en el teatro Francisco Arriví de Santurce en un espectáculo que se describe como un saludo de España al Festival Casals 2013.
Compartirán escena con él otros bailaores, entre ellos Alberto Sellés, Tamara Lucío y Luisa Palicio. El cante estará a cargo de Javier Rivera y Manuel Romero, y la guitarra estará en manos de Tino van der Sman.
“Se siente una emoción muy grande”, describe Lucío el momento en que el cuerpo comienza a expresarse con taconeos. “Dependiendo del fado, hay alegría o tristeza, pero a mí me gustan los tristes; me siento mejor bailando cosas serias”, expresa.
Palicio, de otra parte, comenta que la música es su brújula. “Lo que cuenta el cantaor y lo que tú sientes te permiten expresar muchas cosas; en el flamenco hay una amplitud de expresión enorme. Suelo dejar una parcela de improvisación dentro de las coreografías que hago; eso da una frescura y el público recibe bien esa naturalidad”, propone la bailaora.
“El gran secreto del flamenco es su verdad”, dice, de otra parte, Sellés. “Ahí está la cultura del pueblo andaluz. Hay que hacer lo que se siente, expresarte lo mismo cantando que tocando la guitarra o bailando. Y tienes que tener pasión porque sin ella podrías tener una técnica muy depurada, pero si no hay sentimiento no dices nada”.
El cuerpo de bailaores pretenece a la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco que desde el 1993 promueve la reflexión, el estudio, la enseñanza y la difusión del flamenco. En parte, lo realizan a través de la Escuela de Arte Flamenco, con sede en Sevilla. Sus estudiantes provienen de distintas nacionalidades y realizan presentaciones en toda España y en diversos países.
“Yo espero hacer disfrutar al público en Puerto Rico y conseguir que el flamenco siga abriendo fronteras. Que se apasionen como nosotros”, subraya Palicio.
Molina, en cambio, destaca la diferencia entre públicos, desde los fríos que aplauden solo al final hasta “los que se vuelven locos aplaudiendo antes y escuchas los ‘oles’”. “Aquí, espero que sean efusivos”, aseveró el Choro.