Asesinos
Mientras escribo estas líneas un jurado de puertorriqueños decide, en un tribunal federal norteamericano dentro del territorio no incorporado, si un convicto de cometer una cruel matanza es digno de vivir o debe ser asesinado, ya sea por inyección letal o por electrocución. Deliberan el mismo día en el que se conmemora la Masacre de Ponce, carnicería por la que me parece recordar que nadie fue condenado.
Una funcionaria del gobierno, Wanda Vázquez, opinó ejerciendo su derecho a equivocarse, que a ella le gustaría que ejecutaran al reo. La idea es enviar un mensaje a los gatilleros.
Conocí a la fiscal hace algunos años. Estudiamos en las mismas escuelas públicas de Guaynabo, antes de que fuese “city”. Una muchacha inteligente, vivaz, de fácil sonrisa. Evidentemente después de graduarnos estudiamos cosas distintas. Ahora la escucho decir esto y aducir una cuestión moral y emocional. Me causa temor que alguien aspire a justificar la muerte para acabar con la muerte. Eso desde un cargo público.
Hace apenas unos días se ejecutaron a siete hombres en Arabia Saudí. Estaban acusados de robo a mano armada. Alegaron haber sido torturados hasta confesar sus crímenes. Cosa de musulmanes, ¿no? No. Hay pena de muerte en Estados Unidos, Japón, China, Cuba. Hay más de una veintena de países en los que todavía el estado tiene la prerrogativa de cometer crímenes en nombre de la lucha contra el crimen.
Para diferenciarnos, en nuestro país se abolió la pena de muerte temprano en el siglo pasado. En la constitución que el país interventor tuvo a bien permitirle redactar a los políticos colonizados y contentos, se prohíbe tal castigo cruel e inusitado. Sin embargo, hay una intención obvia de parte de fiscalía federal de dramatizar el escaso valor que tiene esa carta de derechos frente al poder norteamericano.
No es necesario matar a nadie para que esté claro. No es necesario hacer lo contrario a la tendencia mundial. El gobierno de Puerto Rico es una agencia de empleos y de venta de remate. Estamos claros. Al menos respeten la vida.
El autor es escritor.