El Nuevo Día

Ojo con el ‘hand sanitizer’

Nunca debe ser utilizado como substituto de la combinació­n de agua y jabón

- POR ALEXIS VALENTÍN-VARGAS, M.S. Especial El Nuevo Día

Su efectivida­d depende de la moderación y de usarlo correctame­nte

ENTRE LOS AÑOS 2009 y 2010 el mundo presenció una de las pandemias más devastador­as que se haya visto en el último siglo. Una variación del virus que causa la influenza dejó un saldo de al menos 43 millones de personas infectadas y sobre 16,000 personas muertas en más de 200 países.

La propagació­n del virus H1N1, causante de la influenza porcina, pudo ser controlada gracias a la acción de agencias gubernamen­tales que promoviero­n hábitos higiénicos para reducir los contagios entre la población e impulsaron el desarrollo, en tiempo récord, de una vacuna capaz de prevenirlo.

Por temor a contagiars­e, muchos boricuas desarrolla­ron un uso y dependenci­a excesiva de los llamados gels desinfecta­ntes, conocidos popularmen­te por su nombre en inglés: hand sanitizers . Previo a esta pandemia el hand

sanitizer era para muchos un producto desconocid­o o de uso esporádico. Durante la pandemia la demanda por

hand sanitizer se disparó en toda la Isla, al nivel de que muchos detallista­s racionaron la venta del producto y la gente tuvo que hacer largas filas en farmacias solo para adquirirlo.

Luego de la pandemia, para muchos el uso de hand sanitizer se volvió cotidiano, y un tanto obsesivo.

Hoy día este producto en el típico hogar puertorriq­ueño es tan ubicuo como los analgésico­s para el dolor o el agua oxigenada para desinfecta­r heridas.

NO ES SUBSTITUTO PARA AGUA Y JABÓN

El uso desmedido de hand sanitizer puede parecer inofensivo, especialme­nte si se le considera una herramient­a para proteger la salud del usuario.

Sin embargo, abusar de este producto puede tener serias repercusio­nes que se agravan por la confianza excesiva y el uso incorrecto que se le da al mismo.

El uso incorrecto más común y perjudicia­l del hand sanitizer es utilizarlo como sustituto del limpiador de manos por excelencia: la combinació­n de agua y jabón.

Varias agencias federales, como el Centro para el Control de Enfermeda- des (CDC, por sus siglas en inglés), advierten que el hand sanitizer solo debe utilizarse como suplemento del agua y jabón y nunca como sustituto.

El hand sanitizer no tiene la capacidad de limpiar las manos, solo puede matar microbios que están en la superficie. A medida que el grado de suciedad de las manos aumenta, la efectivida­d del hand sanitizer disminuye.

El 99.9% de efectivida­d que reclaman los fabricante­s disminuye aún más si se considera que no todos los microbios responden igual a su efecto.

De hecho, varios estudios científico­s han comprobado que el hand sanitizer no es tan efectivo minimizand­o infeccione­s virales (ej. influenza) como lo es con infeccione­s bacteriana­s.

Además, datos del CDC señalan que personas que prefieren hand sanitizer sobre agua y jabón son más propensas a contagiars­e y propagar infeccione­s virales.

MÁS NO SIEMPRE ES MEJOR

Un problema emergente, y a la vez controvers­ial, que se ha ligado al uso excesivo de hand sanitizer y otros productos antimicrob­iales (ej. antibiótic­os) es la selección y proliferac­ión de microbios resistente­s, también conocidos como “supermicro­bios”.

Hoy día el CDC clasifica este fenómeno como una de las peores amenazas a la salud pública a nivel mundial.

Cuando se utilizan agentes antimicrob­iales, lo que se busca es matar microbios que pueden causar enfermedad­es.

Sin embargo, el abuso y uso incorrecto de estos productos, en vez de erradicar estos microbios dañinos, puede propiciar la selección indirecta y proliferac­ión de los organismos que son resistente­s a su efecto germicida.

Peor aún, esta capacidad de resistenci­a puede transferir­se entre distintos microbios, lo que puede resultar en supermicro­bios resistente­s a múltiples agentes antimicrob­iales.

En otras palabras, abusar de agentes antimicrob­iales, más que proteger al usuario de infeccione­s, podría a largo plazo crear un problema de salud pública mayor y más difícil de combatir.

LA HIGIENE PUEDE DOLER

Un asunto aún más complejo que va de la mano con el abuso de productos antimicrob­iales como el hand sanitizer es que limitar excesivame­nte la expo- sición de una persona a microbios del ambiente puede perjudicar su capacidad para combatir enfermedad­es. Esto es especialme­nte cierto durante etapas tempranas de crecimient­o cuando el sistema inmunológi­co está en pleno desarrollo.

Para que este sistema del cuerpo se desarrolle correctame­nte, la exposición a microbios del ambiente es absolutame­nte necesaria. O sea, sobreprote­ger a un niño de exponerse a microbios puede resultar en un adulto menos saludable.

Utilizar hand sanitizer puede ser beneficios­o solo si se hace con moderación y de la forma correcta.

Expertos recomienda­n minimizar su uso en cuanto sea posible, siempre lavar las manos con agua y jabón antes de utilizarlo, y nunca usar hand sanitizers con menos de 60% de alcohol.

El autor es candidato doctoral de Microbiolo­gía Ambiental en la Universida­d de Arizona y miembro de Ciencia Puerto Rico www.cienciapr.org.

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EL ‘hand sanitizer’ no tiene la capacidad de limpiar las manos, solo puede matar microbios que están en la superficie.

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