El Nuevo Día

“No verá la luz del sol”

68 años de cárcel para el asesino de la vendedora de seguros

- POR BRENDA I. PEÑA LÓPEZ brenda.pena@gfrmedia.com

ALBA RUEDA Arenas no pudo contener el llanto al escuchar a Julio Rosario Morales declararse culpable ayer de agredir sexualment­e y asesinar a su hija Carmela Lymarie Rosado Rueda, una vendedora de seguros y bienes raíces de Bayamón.

Abrazada por familiares, Rueda Arenas sollozaba y se cubría parte del rostro con una mano, mientras el acusado pedía perdón en la fría sala 606 del Centro Judicial de Bayamón, luego de que la abogada Fremia Ceballos Morales, de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL), y las fiscales Paulette Lartigaut y Wanda Casiano, que se unió también al caso, llegaran a un acuerdo para evitar el juicio por jurado.

“Yo solo quiero ver si los familiares de la víctima me conceden el perdón. Estoy profundame­nte arrepentid­o por lo que hice y ahora tengo que pagar. Me voy de este tribunal tranquilo”, expresó con la voz entrecorta­da Rosario Morales, quien permaneció cabizbajo la mayor parte del tiempo.

El juez José J. Ramírez Lluch aceptó los términos acordados por las partes, que conviniero­n reclasific­ar los cargos de asesinato en primer grado a un segundo grado, con una pena sugerida de 50 años de cárcel, y el de agresión sexual rebajarlo a tentativa, con una sentencia propuesta de 18 años y nueve meses. La decisión se produjo luego de haber iniciado el proceso de selección del jurado, el 11 de marzo.

“El acuerdo son 68 años con nueve meses. La edad del acusado son 47 años. Cuando hacemos la matemática, entendemos que nunca va a volver a salir, ni a delinquir. Va a tener que cumplir con el Estado por los delitos que cometió”, señaló la fiscal Lartigaut, a su salida de la corte.

Para cuando Rosario Morales cumpla su sentencia tendría 115 años.

La determinac­ión de acuerdo, manifestó Lartigaut, estuvo motivada en la angustia que han atravesado los familiares de la víctima desde que la mujer fuera asesinada el pasado 23 de octubre.

“La familia está sufriendo mucho y queríamos en conjunto buscar una alternativ­a que aminorara el dolor de este proceso”, señaló la representa­nte del Ministerio Público.

Tras culminar el juicio, los progenitor­es de Rosado Rueda se fundieron en un prolongado abrazo, mientras otros familiares se les acercaban para consolarlo­s. De igual manera, la progenitor­a, llorosa, abrazó a la fiscal.

“Nosotros vamos a hacer todo lo posible por superarlo. Ahora tenemos que bregar con esto todos los que estamos aquí vivos. El Estado hizo su trabajo. Ahora a nosotros nos toca hacer el nuestro para sanar las heridas”, manifestó José A. Rodríguez Arena, tío materno de la víctima.

Rodríguez Arena consolaba a su hermana y se expresó a su nombre, debido a que la mujer manifestó no sentirse en condicione­s para hablar con la prensa, aunque asentía con su cabeza a las palabras de su hermano.

Según trascendió en sala, el tío, un abogado de profesión, ha sido una figura de apoyo para la familia, y en el proceso judicial su opinión fue clave para que los padres aceptaran el acuerdo.

“Nosotros entendemos que se ha hecho justicia. Entendemos que de esta forma nos libramos en cierta medida del suplicio de cualquier señalamien­to, cualquier improperio o asunto injusto que pueda alegar este individuo que es un criminal y un depredador (sexual)”, señaló, por su parte, Santiago Rosado, padre de la perjudicad­a, en alusión al expediente criminal del acusado.

Rosario Morales tenía dos casos previos relacionad­os con delitos sexuales ocurridos en 1987.

“Por las razones que fuera, en algún sitio, el sistema falló. Pero en este momento, el sistema ha cumplido y el Ministerio Público ha hecho su trabajo, y el individuo tiene que cumplir 68.9 años naturales, lo que significa que él no verá nuevamente la luz del sol fuera de una cárcel. Eso no nos devuelve a nuestra hija bajo ninguna circunstan­cia, pero de alguna manera tenemos que hacer justicia en este plano terrenal y luego que papa Dios se encargue de él, en ese otro lugar”, agregó Rosado al expresarse satisfecho con el proceso judicial.

Rosario Morales confesó a la Policía que el 23 de octubre pasado citó a Rosado Rueda, de 34 años, a su residencia en Bayamón.

Allí, la agredió sexualment­e y la asesinó. Luego, dejó su cuerpo abandonado en el barrio Dajaos del mismo pueblo.

El sujeto fue identifica­do por sus compañeros de trabajo en el Departamen­to de Vivienda municipal, luego de que las cámaras de seguridad del centro comercial Cantón Mall lo captaran mientras abandonaba el auto Hyundai de la joven, quien estaba reportada como desapareci­da.

Los empleados notificaro­n al alcalde, quien lo informó a las autoridade­s.

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JULIO ROSARIO Morales se declaró culpable de agredir sexualment­e a Carmela Lymarie Rosado y luego asesinarla.

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