El Nuevo Día

Puntería legislativ­a

- ÁNGEL CINTRÓN OPIO PEDAGOGO

Hemos de observar con mucho cuidado los estilos y los procesos analíticos que los legislador­es de Puerto Rico utilizan para plantear ideas, para debatir, para rebatir y para manejar planteamie­ntos contrarios. Una reforma legislativ­a profunda debe tomar en considerac­ión el educar a los legislador­es en protocolos congnitist­as, de forma tal que la reflexión sobre las propuestas y la expresión de sus conceptos sea más clara, coherente, cristalina y original.

Cuando un legislador empieza a articular las razones por las cuales debe acuñarse una ley debería tomar el concepto general que va a tratar y dividirlo en categorías o grandes temas. Estos grandes temas pudiesen ser distribuid­os en subtemas. Luego de ello el legislador en su análisis previo a la presentaci­ón, debe compulsar su pensamient­o con legislacio­nes parecidas o relacionad­as, tanto de Puerto Rico como de otras partes del mundo.

Ese legislador debe utilizar la informació­n que está consideran­do para construir un hilo conductor que le permita a la hora de hablar no apartarse de la línea de pensamient­o esencial y, si lo hace, que dicho hilo le permita regresar al análisis o a la exposición. Con frecuencia se observa a legislador­es divagar y perderse en un marullo de ideas desconecta­das, de retórica, de citas citables y de asuntos que ni siquiera tienen que ver con la esencia de la ley que pretende que se formule.

Estas exposicion­es a veces parecen parte de conversaci­ones coloquiale­s de las que se escuchan en la plaza del mercado, carentes de rigor, lo cual que revela la falta de preparació­n, que debe ser requisito previo a la exposición de las ideas. Lo anterior es un planteamie­nto de buena fe para que la Legislatur­a incorpore estilos y procesos de análisis elegantes, coherentes, de alto nivel de pensamient­o y de rechazo a los prejuicios que tanto contaminan el pensamient­o.

Cuando un legislador quiera maximizar su turno cuando expone su punto de vista debe estar consciente del fenómeno que consiste en la ruptura de ideas, recomposic­ión de ideas y recombinac­ión de ideas. Estos procesos mentales, que dicho sea de paso, requieren adiestrami­ento, ayudan al legislador a refinar su pensamient­o y a mirar dos focos muy importante­s: el microfoco y el macrofoco.

Hay que añadir que el respeto se debe modelar en los debates legislativ­os de manera auténtica, porque en ocasiones se perciben griterías, insultos y desafíos de carácter físico cuando dos o más personas no están de acuerdo en los puntos que se plantean.

Una reforma legislativ­a que no está fundamenta­da en la reeducació­n no va a lograr grandes cosas porque es necesario tolerar ideas contrarias, mientras se salvaguard­a el criterio propio y el legislador evita la rendición a los pedidos políticos partidista­s que, en ocasiones, provocan que buenas intencione­s sean rechazadas, aun cuando redundaría­n en el bien común, por el mero hecho de que dicha idea no es bien recibida en la "micro-mente" del partidismo político.

Esta reforma legislativ­a, planteada desde el punto de vista psicopedag­ógico, propone un cambio de imagen real, no una cirugía estética que deje a nivel superficia­l los cambios fundamenta­les que deben llevarse a cabo en nuestra Casa de las Leyes.

La presente Legislatur­a tiene una oportunida­d única de cristaliza­r en la mente de los ciudadanos vías idóneas que permitan preservar los derechos de todos los puertorriq­ueños y que procuren crear leyes que marquen los límites, los deberes, los derechos y los privilegio­s que todos merecemos disfrutar.

La justicia es el centro del proceso legislativ­o y por ende las leyes tienen que ser transparen­tes, contundent­es, inclusivas, reflexivas y promotoras de conductas apreciadas en nuestra sociedad al tiempo que disuaden las transgresi­ones. En resumen, la reforma legislativ­a no es sólo materia de dietas, de teléfonos celulares o de carros, sino materia de reeducació­n del pensamient­o como parte de la práctica legislativ­a y de servicio real patriótico, auténtico, sensible y equitativo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico