En favor de la vida
Una vez superada por el momento la posibilidad de la aplicación de la pena de muerte en Puerto Rico, sigue vivo el debate constitucional y la posibilidad jurídica de que se vulnere la Carta Magna, con la imposición de este castigo radical en los casos federales y se trata de algo muy profundo desde el punto de vista de la doctrina social de la Iglesia.
Las enseñanzas del papa Juan Pablo II y del magisterio de la Iglesia Católica nos indican que la pena de muerte es innecesaria e injustificada y viola la dignidad humana. La encíclica "El Evangelio de la vida" (Evangelium vitae), del papa Juan Pablo II nos recuerda que la dignidad de la vida no puede ser nunca quitada, incluso a los que han hecho un gran mal.
El mencionado papa nos escribe: "Pero Dios, siempre misericordioso incluso cuando castiga: 'Puso una señal a Caín para que nadie que le encontrase le atacara' (Génesis 4, 15). Le da, por tanto, una señal de reconocimiento, que tiene como objetivo no condenarlo a la execración de los demás hombres, sino protegerlo y defenderlo frente a quienes querrían matarlo para vengar así la muerte de Abel. Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante”.
Dios expulsó a Caín de su presencia y, renegado por sus padres, lo desterró al exilio de una habitación separada, por el hecho de que había pasado de la humana benignidad a la ferocidad bestial.
Sin embargo, Dios no quiso castigar al homicida con el homicidio, ya que quiere el arrepentimiento del pecador y no su muerte.
Hoy, en medio de este debate, los presidentes de las tres universidades católicas de Puerto Rico, la doctora Lillian Negrón, presidenta de la Universidad Central de Bayamón, el doctor José Jaime Rivera, presidente de la Universidad del Sagrado Corazón, y el que escribe estas líneas, reafirmamos de manera conjunta que como cristianos estamos obligados en conciencia a luchar por la abolición de la pena de muerte en todo el mundo.