Esperanzados por la rehabilitación de playas del sur
Guayanés y Lucía fueron dañadas hace ocho años por un derrame tóxico
LA SEMANA SANTA marca un periodo de bonanza para los pescadores, porque suelen aumentar las ventas del producto fresco que a diario buscan mar adentro. Sin embargo, en estos días para esos que muchas veces arriesgan sus vidas en modestos botes también ha sido motivo de esperanza la aprobación de un proyecto federal para rehabilitar dos playas sureñas que fueron seriamente afectadas por un derrame tóxico.
“Queremos que esas playas vuelvan a ser lo que eran antes”, dijo Juan Sánchez Rivera, pescador yabucoeño que relató la alegría sentida el pasado 20 de marzo cuando se le notificó la aprobación federal de un proyecto para crear arrecifes artificiales en la zona de Yabucoa impactada por un vertido industrial de benceno.
Sánchez Rivera se refirió a un aviso del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en que se avala la iniciativa, que supone instalar domos para fomentar el resurgimiento de arrecifes, así como poblaciones de peces y otras especies marinas, en las playas Guayanés y Lucía.
Las aguas de ambas playas resultaron contaminadas hace ocho años, cuando 220 galones de benceno llegaron al mar, después que fueron descartados inde- bidamente en una charca costera por acción negligente de industrias petroleras establecidas en Yabucoa.
El modelo de rehabilitación marina propuesto en la costa yabucoeña “será utilizado como modelo para Estados Unidos y Suramérica”, destacó Sánchez Rivera al explicar que más allá de pescar trabajarán entusiasmados para restaurar esas playas.
Héctor Padró, presidente de la Asociación de Pescadores de Yabucoa, por su parte, explicó que el proyecto de los arrecifes artificiales en la zona se ha desarrollado con el apoyo del profesor y oceanógrafo Alfredo Torruellas.
Padró sostuvo que la iniciativa será similar a una realizada hace poco en la playa aledaña al desocupado hotel Normandie, en San Juan.
El benceno es altamente tóxico, se considera un agente carcinógeno y al derramarse esa sustancia en esas aguas “cientos de miles de peces murieron”, recordó Sánchez Rivera, quien, al igual que Padró, está esperanzado en acelerar la repoblación marina con el proyecto de los domos.