En Pamil la Tierra de leche y miel
Hoy, a las 6:00 p.m., abre la nueva muestra de la artista Cristina Córdova
UNA FIGURA va en un barco cargado de cajas. Si viene o va, da igual. Lo que importa es lo que piensa el viajante. O lo que la escultura en cerámica ejecutada por la artista puertorriqueña Cristina Córdova cuenta que piensa.
“Me gusta buscar imágenes como esas para hablar de realidades que he notado y han sido consistentes en estos diez años”, afirma mientras describe la pieza Que no me falte nada, que, como otras, habla de añoranzas.
La boricua, radicada en Estados Unidos, visita la Isla para asistir a la apertura de su muestra Tierra de leche y
miel, que hoy, a las 6:00 p.m., tendrá lugar en la galería Pamil Fine Art, situada en la Ave. Glasgow 1897 en College Park.
Más de quince piezas ejecutadas en cerámica, metal, resina, concreto y hierro conforman el trabajo. “Creo que, antes, en mi obra había más plantea- mientos existenciales, pero eso ha evolucionado un poco. Me parece que ahora hay más conciencia y análisis en ciertas piezas, o yo quisiera pensar eso”, señala Córdova, quien fue invitada a la colectiva 40 under 40 del Museo Smithsonian. ¿Una artista más madura? “No lo miro así, aunque, por supuesto, me gustaría pensar que sí hay un proceso de maduración. Más bien es un cambio de imágenes; las que usaba antes no son válidas con la persona que soy ahora”, afirma.
La búsqueda del espacio emocional ideal por parte del ser humano funge como hilo conductor de esta muestra que incluye obras que pueden llegar hasta los ocho pies de altura.
Tras un periodo de pausa luego de dos grandes exposiciones en Chicago y San Juan, entender “las cosas básicas que me están hablando día a día y la sensación de desplazamiento cultural en el afán de buscar el nuevo horizonte” la llevaron de vuelta al taller.
“Pero tratando de interpretarlo con una perspectiva más de afuera en vez llevarme corriendo”.
Atrás quedó la prisa.