Veterano de casta grande
Primero jugó en el BSN y luego sacó la licencia. Ya tiene 22 campañas en su resumé
WILFREDO PAGÁN lleva bastante tiempo corriendo para arriba y para abajo sobre el tabloncillo del Baloncesto Superior Nacional (BSN).
No lo parecería en primera instancia, pero el canastero ya suma 22 temporadas en la liga, lo que lo convierte en el jugador activo con más temporadas seguidas en el BSN.
“Fue que empecé chamaquito... a los 15 años”, aclaró el ar- mador de los Cangrejeros de Santurce, entre risas.
Y fue así. Antes de obtener su licencia de conducir, Pagán ya era un jugador de la principal liga de baloncesto en la Isla.
Pagán, zurdo, de 6 pies y 185 libras, ascendió a la liga superior con los Mets de Guaynabo en la campaña del 1992, de la mano del fenecido dirigente Miguel Mercado.
Era estudiante de undécimo grado de la Academia Discípulos de Cristo y un matador en las categorías menores con una explosiva velocidad.
A esa edad, tenía el privilegio de llegar al salón de clases y contar acerca de sus experiencias al lado de las legendarias figuras Mario ‘Quijote’ Morales y Federico ‘Fico’ López. Seguramente, era la envidia de todo el mundo.
Pagán vivió un poco de la vieja escuela de la liga. En aquellos tiempos que los novatos parecían más baloneros que jugadores; que debían esperar su turno para acumular minutos de juego. Él lo recuerda y habla con cierta nostalgia. La liga ha cambiado y el base extraña cierta cosas de aquella época.
“Fue un gran orgullo haber jugado con Quijote y Fico. Recuerdo que en los corridos, ellos
me decían ‘llegaste aquí a pasarnos el balón, no hay oportunidad para que tires’”, rememoró Pagán.
“Fico y Quijote eran ídolos. Fueron jugadores de los Mets de toda la vida. Ya eso no existe. Ahora es más un negocio y ves a los jugadores estelares cambiando de uniforme cada tres años. Ha cambiado mucho”, apuntó Pagán.
LOS ‘CUATRO VIEJITOS’
En esta temporada, Pagán es apenas uno de los cuatro jugadores activos con 20 campañas o más en la liga. Su compañero Álex Falcón también acumula 21 temporadas, mientras que Christian Dalmau (Guaynabo) y Rafael ‘Pachy’ Cruz (Arecibo) alcanzaron la número 20.
El organismo puede utilizar a Pagán para ofrecer charlas de la historia de la liga en las últimas dos décadas. Podría enseñarle mucho a la nueva generación de jugadores.
Contarles de sus experiencias en las plazas que una vez existieron en el centro de la Isla, como Aibonito y Villalba; de jugar en una época en la que la mayoría de las instalaciones no contaban con aire acondicionado y de sentir en ocasiones que el público le respiraba en la nuca.
Pagán puede hablar de dos épocas.
“El baloncesto debe regresar al centro de la Isla. Puedo decir que allí hay mucha pasión por este deporte. Eran sitios muy buenos para jugar”, recordó.
La oportunidad que tuvo Pagán de debutar en el BSN en la adolescencia ya no existe para otros jóvenes. Con la llegada del sorteo de jugadores de nuevo ingreso, en el 2003, entró en vigor una reglamentación que establece un límite de 18 años (o graduado de escuela superior) para ingresar a la liga.
Pagán vio con buenos ojos esa reglamentación.
“Me parece que está bien. Con 15 años no estás listo para jugar en una liga de hombres”, respondió.
Pagán participó dos temporadas con los Mets, teniendo poca participación. Anotó 22 puntos en 17 partidos. Luego pasó a los Titanes de Morovis para militar al lado de Eddie Rivera y Mario Butler, emergiendo como uno de los armadores más veloces y productivos de la liga.
Con los Titanes, Pagán jugó 10 temporadas antes de ser canjeado. Después de dos campañas sobresalientes, con 19.3 puntos y 21.4 tantos en el 2001 y 2002, respectivamente, el valor de Pagán aumentó en la liga y una de las franquicias de arriba se interesó en sus servicios, pasando así a los Vaqueros de Bayamón a mediados de la temporada del 2003.
QUIERE UNA SORTIJA
Luego de una corta estadía en Bayamón, Pagán pasó a Guaya- ma para vivir uno de los mejores momentos de su carrera. En el 2006 cargó con el premio de Jugador Más Valioso al promediar 16.3 puntos, 7.8 asistencias y 4.9 rebotes por juego.
“Fue algo muy satisfactorio en mi carrera”, dijo Pagán, quien, posteriormente, militó con Ponce, Arecibo y Santurce.
La posición de armador es una de las más exigentes en el baloncesto. Y es sobresaliente el hecho de que Pagán ha podido mantener su nivel en la liga, en momentos que sigue llegando sangre nueva y piernas más veloces. Pagán, ciertamente, no ha bajado la velocidad y sigue produciendo.
“Gracias a Dios he podido mantenerme saludable. Jugar en México también me ha ayudado a mantenerme en condición. Soy una persona disciplinada que trabajo duro en el gimnasio”, dijo Pagán, quien acumula promedios en esta temporada de 8.3 puntos por juegos, 3.8 asistencias y 2.3 rebotes en esta campaña, en seis partidos.
Hablando de su durabilidad, Pagán mencionó otro aspecto. “Para alargar tu carrera es importante encestar el canasto de tres puntos y ser más inteligente en la cancha. Y creo que lo he podido hacer. Mira los casos de Steve Nash y Jason Kidd en la NBA”, destacó.
Pagán contempla jugar dos temporadas adicionales antes de colgar las zapatillas y dedicarse a su esposa y dos hijos. Antes de salir del tabloncillo, él espera conseguir su primer anillo. “El campeonato es lo único que me falta en mi carrera”.