Distancia
Ver el cuadro completo sin perder de vista los detalles es un concepto básico, pero incomprendido. Perderse entre pinceladas lo que hace es distorsionar la imagen hasta delegarla al olvido. Sin una idea clara de qué se intenta armar, se pierde el propósito. Y así pasan los días en esta república bananera.
Al final lo que nos queda son piezas; un cuerpo sin cabeza. Tierra en la que sobran los detalles en un despliegue de caos continuo.
Y muchos saben lo que se cuece en esta olla, pero es evidente que la mayoría ni se entera. De lo contrario no se seguiría alimentando al conjunto de egoístas que cada cuatro años se postula. Y gana.
Hay que saber que, como en las pinturas de Monet, hace falta que medie la distancia. Ser estratégico y posicionarse lejos de la fatiga emocional que supone permanecer allí. Rostizándose a fuego lento entre tapones, filas interminables y la violencia que parece más un fenómeno atmosférico caribeño que un fogueo intenso por la vida.
El noticiero debe añadir un segmento sólo para estos efectos. Algo así como: María Eugenia Socavoz les trae el pronóstico del monzón tropical, efecto reciente del cambio climático local. “Se prevé que, por tratarse de un fin de semana largo, habrá una balacera de ubicación imprecisa. Las corrientes se sentirán con mayor fuerza en los Denny’s, el expreso y con posibilidad de escorrentías en la playa”.
Pero abundar es sucumbir a los detalles; me interesa más el rompecabezas.
Por eso es que incluir en este otro plebiscito a los puertorriqueños que recientemente se han marchado sería un ingrediente interesante que presentaría un raciocinio a distancia. Por supuesto, los políticos se oponen.
Porque habría que pensar en conjunto; redefinirnos desde la responsabilidad individual y colectiva de ser país, no víctima. Pero mientras seamos fieles creyentes de que la culpa es de la administración pasada se hundirá el barco con las arcas vacías y comoquiera iremos a parar al fondo del océano. Y a nadie le va a importar.
La autora es escritora y traductora.