Pasa la página
Tras la amarga experiencia en el draft, el lanzador derecho se encamina a jugar en el béisbol colegial
EL JOVEN lanzador Joe Jiménez, y su padre José ‘Papo’ Jiménez, aseguraron ayer que el primero nunca recibió llamadas de ninguna organización de Grandes Ligas para hacer ofertas o para escuchar su petición durante los primeros dos días del draft que se efectuó a principios de mes.
Jiménez, un corpulento lanzador de 6'3” de estatura, natural de Bayamón, se suponía que fuera selección de una de las primeras 10 rondas según opinaron varios escuchas. Pero nunca fue reclamado.
“A nosotros nadie nos llamó hasta después de la ronda 10. Y alquien se atrevió a llamarnos para ofrecer $20,000”, dijo indignado Jiménez, padre, cuyo hijo ya tenía un ofrecimiento acordado con la prestigiosa Florida Internacional University (FIU), que había prometido una beca para cubrir el 95% del costo por año de estudio. El año en FIU supera los $20,000, sin contar hospedaje. “Yo no iba a firmar por lo mismo que me podían ofrecer en una universidad”, dijo por su lado el jugador.
“Nuestras expectativas reales eran que lo escogieran de la quinta a la séptima ronda. Y nos íbamos a dejar llevar (para negociar el bono) por la ronda en que lo escogieran”, añadió su padre. En cambio, aseguró que ni él ni su hijo Joe nunca hicieron exigencia de una cantidad específica de dinero para condicionar su firma si era escogido en el sorteo.
“Los scouts llaman antes del draft, para preguntar el “signability” de uno, para ver en qué ronda uno espera ser lla- mado. Yo les dije a todas las organizaciones que me llamaron, que iba a estar firmando si era escogido en las primeras 10 rondas; que después de las 10 no iba a firmar. Pero nunca hablé de dinero”, añadió Joe, cuya recta es de sobre 90 mph.
“Pero cuando llegaron los primeros dos días del draft, no recibí ninguna llamada, ni para ver cómo yo estaba. Qué casualidad que después que dije que a todos que no iba a firmar después de la ronda 10, entonces me llamaron”.
Jiménez dijo que tomó la decisión entonces de aceptar un ofrecimiento de beca deportiva para estudiar y jugar béisbol en un junio college, Miami Dade. “Creo que estoy preparado para jugar pelota profesional y quiero darme la oportunidad de volver al draft”.
Bajo la regla actual, un jugador de junior college puede volver al draft después de completar un año de estudios. De haber aceptado jugar con FIU, debía esperar tres años, hasta el 2016.