Comentarios en dibujo
Entre tradición y modernidad, la primera edición del Festival de la Caricatura sigue en San Patricio Plaza
Las celebraciones tienen distintas maneras de manifestarse y cuando lo que se celebra es el arte de la caricatura, pues los festejos piden dibujo y artistas en una esquina y otra en pleno quehacer. No es solo festejar su papel en la cultura y en el país, sino evocar su historia y compaginar los que estuvieron antes y aquellos que hoy le dan vida.
Ese sentir moldea de algún modo el primer Festival de la Caricatura que celebra la Asociación de Caricaturistas de Puerto Rico desde el lunes y que se extiende hasta el domingo en San Patricio Plaza, en Guaynabo.
Las jornadas han constado de caricaturistas en faena, artistas de cómics, caricaturas digitales y tradicionales, talleres, charlas y la exhibición de trabajos en una galería que entre humor y verdades nos revela el pulso social, personajes variopintos y la cotidianidad.
Como dice el presidente de la Asociación de Caricaturistas de Puerto Rico, José “Pepe” Vázquez (el artista J.H. Vazz), el festival es una plataforma de exposición para los artistas.
“Es una muestra variada de lo que se hace en la Asociación, desde esculturas y cabezudos, artistas trabajando en tablets , caricaturistas con trabajo en vivo, editores de cómics”, ejemplifica quien considera que este evento marca la posibilidad de que los artistas, juntos en un mismo sitio, se encuentren con el público.
“Lo más importante es que el público en general sepa que existe un gremio estructurado que tiene como meta dejar saber que más que dibujantes somos personas, artistas con compromiso social siempre buscando mejorar la calidad del país con charlas, yendo a cárceles, hogares de personas maltratadas, hospitales y coordinando actividades para mejorar la calidad de vida del país”, sostiene el caricaturista y expresidente de la asociación Gary Javier.
Entre curiosos y seguidores de la caricatura y otras vertientes como los cómics y la animación, el festival quiere rendir tributo a figuras esenciales de su mundo y por ello, esta primera edición se le dedica al caricaturista Manuel Morán, creador de la tirilla Cheo , y a Freddie Camareno, veterano de la animacion y artífice de Cantalicio .
“Nuestra asociación tiene 32 años y tiene caricaturas que son de la época de los 40 hasta el presente, y queremos homenajear a los pilares de este campo”, dice Javier sobre el gesto de agradecimiento a dibujantes como estos.
Como reflejo del trayecto histórico de la asociación, la exposición del festival refleja las obras producidas por artistas que están en sus ochenta y pico al igual que jóvenes entre 13 y 14 años. Es una ventana, como expone Javier, a la historia del país comentada en dibujo.
La variedad de corrientes que se encuentran en el festival, al igual que la cantidad de exponentes en el mismo, son necesarios porque, de acuerdo con Javier, lo esencial es que hayan distintas entradas para los intereses de cada cual que, de igual modo, muestren las diversas influencias del gremio que agrupa a sobre 100 profesionales.
Así las cosas, el centro comercial cambia su aspecto en la coyuntura que ofrece caricatura personal y editorial, y muestra al que dibuja de forma tradicional, al que pinta, al que trascendió al mundo digital, al de historietas y al que dibuja y escribe en cómics.
“Tratamos de proyectarnos a un público que tenga varias opciones”, destaca Javier, quien en 2010 obtuvo el récord Guinness por dibujar caricaturas de cientos de personas durante 48 horas consecutivas. Dicho reconoci-
miento, como parte de la historia del gremio, no se ausenta en el festival.
Entre “cuanto estilo y embeleco recoge la asociación”, resume Vázquez, la agenda sigue con un sinnúmero de nombres relativos a este arte entre charlas y talleres, encuentros de editores de cómics en Metro Comics y un festival de animación.
Mientras, la gente se detiene, observa, se ríe por la simpatía y la ironía que conviven en la caricatura y se acercan a conocer un poco más de esos trazos que no son inocentes, que saben mucho y que documentan relatos en los que todos nos podemos encontrar. Entonces los artistas hablan y, como afirma Javier, hacen lo que tanto les gusta pregonar, eso de “educar a través del humor”.