El Nuevo Día

Brasil atrapado entre protestas

Más de un millón tomó las calles en una noche

- POR MARCO SIBAJA, JENNY BARCHFIELD Y BRADLEY BROOKS

BRASILIA, BRASIL — Los brasileños se esforzaban ayer por comprender las protestas contra el Gobierno que sacuden al país luego que un millón de manifestan­tes salieron a las calles la noche anterior en decenas de ciudades, algunos enfrentánd­ose con policías y dañando vitrinas de tiendas y edificios gubernamen­tales.

La presidenta Dilma Rousseff sostuvo una reunión de emergencia sobre las protestas con el ministro de Justicia brasileño, pero no hizo comentario­s al término del encuentro, manteniend­o su callada postura frente a los disturbios.

Sus asesores dijeron que no sabían si Rousseff se dirigiría a la nación en un intento de calmar a los manifestan­tes, pero se espera que por la tarde se reúna con los principale­s obispos de la Iglesia católica para hablar sobre los posibles efectos de las protestas en la visita papal programada para el mes próximo en Río de Janeiro y Sao Paulo.

Rousseff, una exguerrill­era de izquierda que fue encarcelad­a y torturada durante la dictadura militar de Brasil, apenas ha mostrado breve apoyo a los manifestan­tes desde que comenzaron las mayores protestas en décadas en el país hace una semana. Esa postura ha provocado fuertes críticas de que ella ha permitido que la situación se salga de control.

Asimismo, mediante redes sociales y una gran cantidad de correos electrónic­os se convocó a una huelga general para la próxima semana. Sin embargo, los dos sindicatos nacionales más grandes de Brasil, la Unión General de los Trabajador­es y Fuerza Sindical, indi- caron no estar al tanto del asunto.

La protesta del jueves por la noche en Sao Paulo fue la primera con una fuerte presencia sindical. Los manifestan­tes, que llevaban camisas a juego, fueron encabezado­s por una marcha de tambores y recorriero­n juntos la avenida principal. Sin embargo, la mayoría de los manifestan­tes en todo Brasil han pedido un movimiento sin partidos políticos o sindicatos, ya que consideran que en términos generales son corruptos.

Hasta ahora, las protestas han representa­do una explosión amorfa del descontent­o sobre diversos temas, como la elevada delincuenc­ia, la mala calidad de la educación y el alto costo de ser sede de la próxima Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

La falta de organizaci­ón o demandas concretas detrás de las protestas ha hecho que una respuesta unificada del Gobierno sea casi imposible. Varias ciudades han cancelado los aumentos en las tarifas del transporte público que desencaden­aron inicialmen­te las manifestac­iones hace una semana, pero el descontent­o no ha hecho más que crecer.

El grupo detrás de la reversión del aumento en las tarifas del transporte público, el Movimiento Pase Libre, dijo ayer que no convocaría más protestas. Sin embargo, no se sabe cuál será el efecto de esta decisión en el movimiento, que ya rebasó por mucho su denuncia original.

Manifestan­tes y policías se enfrentaro­n en varias ciudades durante las primeras horas del viernes. Al menos un manifestan­te murió en el estado de Sao Paulo cuando un conductor aparenteme­nte se enfureció por no poder circular por una calle e impactó su auto contra un grupo de manifestan­tes.

En Río de Janeiro, donde se estima que 300,000 manifestan­tes se congregaro­n en el centro de la ciudad, hubo enfrentami­entos entre la policía antidistur­bios y grupos de jóvenes con los rostros parcialmen­te cubiertos. Sin embargo, los manifestan­tes pacíficos también se vieron atrapados en la refriega, porque la policía lanzó gases lacrimógen­os a la multitud y en ocasiones usó gas pimienta de forma indiscrimi­nada.

También hubo choques en la ciudad amazónica de Belem, Porto Alegre en el sur, la ciudad universita­ria de Campinas al norte de Sao Paulo, la ciudad nororienta­l de Salvador y docenas de otras ciudades.

 ??  ?? CIENTOS DE MILES de manifestan­tes se congregaro­n en la noche del jueves a viernes en diversas ciudades de Brasil. En la foto, una protesta en Brasilia.
CIENTOS DE MILES de manifestan­tes se congregaro­n en la noche del jueves a viernes en diversas ciudades de Brasil. En la foto, una protesta en Brasilia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico