Llegan / Salen
Vienen maltrechos, marginados, asaltadas sexualmente por familiares y con historias de acoso escolar docente donde “bruto” sustituye “buenos días”. Llegan supuestamente conectados al cyberespacio pero ajenos a los acontecimientos de su país y más allá.
Hijos de la calle, del Departamento de la Familia, hijas de urbanizaciones y criadas por abuelos. Boricuas y dominicanas “Precious” soñando con una extensión de garantía para el amor pues le fue robado por algún tío o padrastro. Son quienes se quedan y a quienes hay que dirigir la atención y una educación desde la crítica y el liderazgo. ¿Pero existe la voluntad de educar saludablemente a estos jóvenes resilentes?
Ellos serán quienes acaben o perpetúen el gigantismo del Estado. Serán quienes denuncien o hagan el trabajo sucio de los lugartenientes político partidistas. Y si van a ser quienes se encarguen de aceitar el engranaje de un país lanzado a la cultura del consumo y servicio, ¿no deberíamos apostar por educarlos de mejor manera pensando en una inversión a largo plazo?
Suena a un hermoso slogan: Educación, tu inversión a largo plazo. Posiblemente no sean los nacidos o llamados a dirigir el país, pero en ellos veo todavía un potencial que no se ha rendido, una energía mal dirigida, un fracaso sin fe, o sea un acaso. ¿Acaso no podríamos pensar que si nuestra educación pública no ha producido las mentes que necesitamos, deberíamos seguir chocando con el mismo peñón? ¿Acaso es tan cuesta arriba reproducir programas de escuelas públicas modelo que hayan tenido éxito?
Vienen maltrechos, marginados, asaltadas sexualmente por familiares y con historias de acoso escolar docente donde “bruto” sustituye “buenos días”. Salen con la frente en alto y soñando más allá de lo que poco que les dijeron que podían lograr. Salen con más dudas y cuestionando lo que les dijeron que estaba dado. Salen de mi salón con sonrisa y toga en mano.
El autor es escritor y rapero.