Construyendo a favor
La terminal del Acuaexpreso en Hato Rey fue hasta hace unos pocos meses uno de los lugares olvidados de la Tierra. En este momento se ha convertido en otro foco de conflicto. Un tipo de conflicto, desgraciadamente, muy frecuente en Puerto Rico. Es un proyecto de la pasada administración. Como tal vamos a criticarlo, crucificarlo y cerrarlo. Parece que solamente existe el punto de vista del castigo para resolver cualquier problema.
En el caso del Acuaexpreso tenemos la receta perfecta para aplicar la alternativa punitiva: una inversión pública cuestionada y las quejas de los vecinos por estacionamientos ilegales y ruidos innecesarios. Bajo el marco punitivo, lo primero será declarar la inversión como sospechosa; luego, se le congelaran los permisos a los negocios que allí operan y se enviara un ejército de policías (estatales y municipales) a despejar las calles de clientes. Los resultados previsibles: se destruyen los proyectos de la otra administración, desaparecen negocios y empleos y nos quedamos con una deuda de $30 mi- llones con la Administración Federal de Transportes (FTA).
¿Existe otra alternativa? Es posible, si estamos de acuerdo en que hay que promover el uso del transporte colectivo diario y para la recreación. Hato Rey pertenece a San Juan y el municipio tiene “trolleys” que fácilmente pueden conectar las estaciones Roosevelt o Parada 26 del Tren Urbano con el Acuaexpreso. El Tren Urbano cuenta, al menos, con un edificio completo de estacionamientos en la Estación UPR, en la Avenida Ponce de León. Un acuerdo en el que los costos de los “trolleys” municipales los absorba el Departamento de Transportación y los presente ante la FTA es factible. Dialogar con los comerciantes para que moderen o eliminen la música a las doce de la noche, también es posible.
Miremos al castigo como una alternativa, no como el único camino posible. Esto abre la puerta a otras opciones más justas con todos los implicados: los vecinos, los comerciantes, las agencias de gobierno y los contribuyentes. La idea es pensar antes que castigar.