Anciano homosexual
Es cierto que la repetición de un disparate con suficiente intensidad y frecuencia termina aceptándose como una verdad monda y lironda. Si la incapacidad reproductiva es el argumento para prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo, se debe explicar la razón por la cual se les permite casarse a mujeres menopáusicas, personas esterilizadas quirúrgicamente o infértiles.
La verdad es que la familia y el matrimonio son conceptos diferentes. La especie humana sobrevivió como resultado del instinto gregario que les permitió la larga crianza de sus hijos viviendo en clanes y, eventualmente, en familias. Las familias, aun hoy día, representan la primera línea de defensa de los individuos en desarrollo.
Sin embargo, el matrimonio, que fue instituido mucho después, no tiene el imperativo biológico de la familia sino un propósito económico que permite perpetuar legítimamente las riquezas obtenidas para la descendencia y la clase social a la que se pertenece.
En estos días en los cuales vivimos “al amparo del Estado desde la cuna hasta la tumba”, es decir, la social – democracia, se ha acumulado un cuer- po de leyes, estatutos y reglamentos, estatales y federales, que están encaminados a la protección de los cónyuges viviendo en matrimonio.
En la vejez de las personas homosexuales la exclusión de estos programas y la negación de sus derechos civiles como matrimonio del mismo sexo pueden tener un efecto devastador pues, al carecer de descendencia, su red de apoyo social está disminuida.
Pero lo justo se impone aunque a cuentagotas. Recientemente El Tribunal Supremo de los E.E.U.U. ha declarado inconstitucional la sección 3 de DOMA (Defense of Marriage Act) la cual excluía a los matrimonios del mismo sexo, en violación a la Quinta Enmienda de la Constitución de E.E.U.U. que garantiza la igual protección de las leyes.
Los estados retienen su libertad para prohibir el matrimonio del mismo sexo pero aquellos que reconozcan este convenio estarán obligados a concederles todos los derechos que cobijan a personas heterosexuales casadas. Nuestra legislatura deberá aprobar los matrimonios del mismo sexo para colocarnos en un alto lugar en la escala de la civilización.