El Nuevo Día

Trágico final de un hombre trabajador

SE BUSCA A JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ COMPRES Padre soltero que crió 4 hijos y realizaba dos turnos en un restorán

- POR DANIEL RIVERA VARGAS end.drivera2@elnuevodia.com

SIEMPRE ENTRE el calor y la grasa de la cocina, Ramón Manuel Torres Mena, de 43 años, era conocido como un hombre trabajador. Cuando lo sorprendió la muerte, llevaba 23 años laborando en una cadena de restaurant­es de comida caribeña, recuerda su madre.

Durante 15 años, Moreno, como lo llamaba su familia, crió a cuatro de sus cinco hijos -incluido uno adulto con necesidade­s especiales- solo con la ayuda de su madre, quien ahora tiene 65 años.

Los cinco hijos -Torres Mena reconoció a un quinto que tiene año y medioqueda­ron huérfanos el pasado 17 de marzo, cuando fue asesinado el pasado 17 de marzo.

“¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué? Él no se metía con nadie”, dijo su madre, quien pidió se le identifica­ra solo como Mercedes y quien hoy está a cargo de cuatro nietos de 22, 21, 18 y 16 años.

De acuerdo con la Policía, el motivo fueron los celos. El presunto autor del asesinato ha sido identifica­do por las autoridade­s como José Luis Hernández Compres, oriundo de República Dominicana -igual que Torres Mena.

A Hernández Compres se le acusó en ausencia el 26 de abril pasado por el asesinato a tiros de Torres Mena en la intersecci­ón entre las calles Loíza e Ismael Rivera.

Cuando el ahora acusado llegó por primera vez a Puerto Rico en 1998, era conocido como Anselmo José Hernández Compres, de 36 años.

Torres Mena y el hombre que luego le quitaría la vida jugaban dominó ocasionalm­ente en un negocio de la calle santurcina Segundo Ruíz Belvis, pero a Mercedes no le consta que hubieran tenido diferencia­s.

LA NOCHE QUE NO OLVIDA

A Mercedes se le salieron las lágrimas al mostrar fotos de su hijo.

La madre -quien tiene otros dos hijosrecue­rda detalles de cómo se enteró del asesinato y de los días posteriore­s.

“Lamentable­mente pasó lo que no debió haber pasado, Dios lo permitió así”,

dijo la sexagenari­a.

Mercedes dijo que ella dormía cuando un grupo de vecinos llegó a su casa, una humilde residencia en un segundo piso. Escuchaba voces a lo lejos, y de repente escucha a sus nietas.

“Las nenas me estaban tocando la puerta. Yo les dije 'váyanse a dormir', y ellas me responden 'mami -ellas me llaman mamies que te están buscando a tí'. Luego me dice: 'hirieron a fulano”. Fulano era su hijo.

Mercedes llamó a un vecino. “Te necesito aquí urgente”, y el buen samaritano, a pesar de tratarse de las 3:00 a.m. del domingo, apareció de inmediato a cuidar al nieto enfermo.

La mujer se presentó a la escena del crimen, donde se topó con las cintas amarillas con las que la Policía delinea el perímetro. Entendió que lo peor había ocurrido.

“Él no está herido, está muerto”, se dijo la madre.

Luego fue lidiar con los detalles fúnebres. Mercedes contó que Torres Mena era tan querido entre sus compañeros de trabajo, que a petición de ellos tuvo que organizar un día de velatorio en San Juan para que estos fueran a despedirse de él.

“Por aquí vino tanta gente que yo ni conocía”, narró Mercedes.

Los restos de Torres Mena descansan en su natal Santo Domingo.

TRABAJADOR Y BUEN PADRE

Mercedes recordó que Torres Mena, quien logró llegar al séptimo grado, llegó a los 19 años de la República Dominicana traído por ella, donde rápidament­e comenzó a trabajar, primero en la construcci­ón, y después en restaurant­es lavando platos, de donde pasó a la cocina.

Ambos eran inmigrante­s legales, distinto de la madre de los cuatro hijos. La mujer, de la que Moreno estaba separado hace 15 años, fue deportada hace tres años.

“Le gustaba jugar caballo, tomar cerveza, que yo sepa nunca estuvo metido en drogas”, dijo la madre. La Policía indicó que Torres Mena no tenía antecedent­es penales.

Relató que su hijo se la pasaba tra- bajando, visitaba restaurant­es por toda la Isla porque se dedicaba a adiestrar a los nuevos cocineros.

Mercedes afirmó que muchas veces su hijo trabajaba dos turnos, pues siempre estaba disponible para laborar cuando alguien se ausentaba.

Casi nunca comía en su casa, porque lo hacía en el trabajo pero de vez en cuando comía un sancocho o una sopa que le hacía su madre. “Era una delicia para él”, dijo Mercedes con una de las pocas sonrisas que ofreció durante la entrevista.

Fuera del trabajo y alguna actividad social, Torres Mena cuidaba de sus hijos, contó la madre. “Como padre lo describo como un padre preocupado por sus hijos, porque estudiaran, porque en el tiempo libre estuvieran aquí en la casa”, expresó.

“No era persona de buscar problemas con nadie”, aseveró.

La madre sexagenari­a hizo un llamado a la cooperació­n ciudadana para la captura del prófugo. Dijo que amigos de el fugitivo han alegado que Hernández Compres se fue a Miami, pero ella tiene informació­n de que podría estar en un sector de campo en la Isla. “Fíjate, él está en Puerto Rico”, dijo.

La persona que tenga informació­n que ayude en la captura de Hernández Compres se puede comunicar al 787-793-1234, extensión 3155, al 787-343-2020 o al www.3432020.com.

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RAMÓN Manuel Torres Mena, la víctima, aparece en esta foto suministra­da por su madre, junto a una de sus hijas.
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