La familia no es lo único
“Llega un punto en el que tenemos que comprender, desde una era más moderna, que si bien la familia es un punto de apoyo, no lo es todo, y ciertamente no puede ser lo único”, apuesta Diana Loi.
Ella cree que se han sobreestimado los lazos sanguíneos, y se han puesto incluso por sobre el amor. Pero comenta, que ante todo y en cualquier relación, debería primar la libertad de elegir con quien uno se relaciona y si en el futuro o la adultez se decide la distancia, quizás por un tiempo, se haga con respeto y gratitud.
Ahora si hay envidia, competitividad, egoísmo, utilitarismo, avasallamiento, oportunismo y mucho más, Loi es enfática en señalar que no hay obligación de aceptar a los hermanos si sus características intoxican o hacen daño.
“Como sea habrá que mantener una relación cordial y de respeto pero con distancia emocional, porque esa relación es un aprendizaje de vida y quizás eso es lo que justamente ese vínculo fraternal trae para nosotros”, detalla.
En otras palabras, lo que aconsejan ambas especialistas es permitirse la autenticidad en las relaciones, especialmente entre hermanos, con el fin de que emerja la totalidad de nuestro ser con naturalidad y que es probable que de esa forma, cada individuo se abra y acepte al otro, a pesar de las diferencias.