Empresas latinas se abren paso en Europa
La puja de HIMA tres por hospitales en Madrid parece ser parte de la era de las "multilatinas"
Comprar barato y vender caro. Las grandes fortunas siempre se han hecho con esta sencilla fórmula: comprar activos a precios atractivos y venderlos más caros.
O comprar barato para generar rendimientos mayores en un futuro mejor. Pero para aprovechar estas oportunidades es necesario tener liquidez y una base sólida que pueda afrontar desafíos de este tipo, ya que las verdaderas oportunidades siempre suelen encontrarse en tiempo de crisis.
Una posición privilegiada en la que hoy en día se encuentran muchas de las medianas y grandes empresas de América Latina, que ahora están en posición de comprar activos y tomar posiciones en la Unión Europea.
Un mercado que parecía casi imposible penetrar para empresas de la región por los precios inflados de sus activos durante años de bonanza.
La deuda ha debilitado a muchas empresas del viejo continente y las ha dejado vulnerables ante competidores más fuertes y saneados, como es el caso de las corporaciones y firmas latinoamericanas.
La capitalización de las bolsas europeas está un 40% por debajo de su pico de 2008 y el desempleo hace que cualquier proyecto de inversión sea recibido con alfombra roja. Los costes son menores y las oportunidades, por lo tanto, mayores.
El salto de las “multilatinas”
A pesar de la crisis, la Unión Europea continúa suponiendo casi una quinta parte de la economía mundial, un bloque económico sin fronteras con más de 500 millones de consumidores cuya renta per cápita duplica a la media de la región latinoamericana, y con tratados de libre comercio con decenas de países. Se trata de un mercado muy interesante para que las famosas multilatinas, las cada vez más potentes empresas regionales, den el salto hacia su conversión como “multilatinas globales” o directamente multinacionales.
Se trata, de alguna forma, del mismo movimiento que las empresas españolas, portuguesas, francesas o alemanas dieron en los años 80 y 90 cuando acudieron a comprar empresas en América Latina o a implantar allí sus plantas productivas.
En aquellos momentos, muchos directivos dudaban si invertir en una región cuyos bancos, empresas y mercados internos, en general, presentaban importantes problemas y desafíos (efecto tequila, efecto samba, guerrillas en Perú y Colombia). ¿No suena parecido a la situación europea actual?
Sin embargo, aquellas inversiones en tiempos difíciles se han convertido, 15 años más tarde, en las mayores alegrías de estas empresas.
BBVA, Telefónica, TIM, GALP, Volkswagen, Fiat, Endesa y otras muchas decenas de grandes empresas europeas y cientos de medianas invirtieron en tiempos en los que América Latina no brillaba tanto y, por lo tanto, lograron activos a precios atractivos que a la postre han generado importantes beneficios. ¿Sabrán sacar provecho de la situación inversa que vivimos actualmente las empresas latinoamericanas?
Primeros movimientos
Aunque muy lentamente, algo comienza a moverse en este sentido. Algunas empresas regionales comienzan a comprar e invertir, a precios increíblemente bajos en muchos casos, activos en Europa.
En la venta de Inversis, un banco español especializado en inversores de perfil medio-alto y con un volumen de inversión de $5,590 millones, se habla de la presencia de un banco latinoamericano interesado.
Inversis, que se ha puesto a la venta por entre $133 millones y $266 millones, tiene un perfil interesante y no está en pérdidas, pero parte de sus dueños actuales (entre ellos Bankia, Cajamar o Banco Sadabell) deben venderla para hacer caja y capitalizarse.
No es el único banco que ha interesado al capital latinoamericano. Banesco pidió información sobre el Banco Gallego, una entidad de 700 empleados y 150 oficinas en España con unos $4,658 millones de euros en activos, que la entidad también nacionalizada NovaCaixa Galicia ha tenido que vender por necesidad e imposición de Bruselas a cambio de la ayuda del dinero público que recibió.
Finalmente, Banesco no logró hacerse de este banco, pero en diciembre del año pasado, esta misma entidad privada venezolana sí se convirtió en el dueño de Banco Etcheverria, una pequeña entidad del norte de España con 100 oficinas.
Pero el bancario no es el único sector cuyos activos parecen interesar cada vez más en los ambientes corporativos de América Latina.
En el sector textil y de comercio, algunas empresas latinoamericanas con gran experiencia internacional y un nivel de competitividad de primera línea, podrían dar un salto mundial.
Blanco, una cadena española de ropa de mujer con 150 tiendas por toda España y Francia en Portugal, Grecia, Reino Unido, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Marruecos ha pedido el preconcurso de acreedores y busca socio. Esto sería una oportunidad única para alguna firma latinoamericana que de golpe quiera posicionarse en norte de África, Golfo Pérsico y península Ibérica.
Otra que busca un socio y que podría representar una oportunidad para alguna empresa latina es la marca Caramelo, destinada a un nicho más selecto, y con una red de tiendas y ventas que no se limita a España sino que llega a Portugal, Reino Unido, Bélgica Holanda , Rusia, Italia, Turquía o China.
Cadenas de moda, activos inmobiliarios, bancos y fábricas ofrecen interesantes oportunidades de inversión para empresas con liquidez.
Más ejemplos
En el golpeado sector inmobiliario, cuyos precios han caído en ciertos sectores más del 50%, el grupo venezolano Sambil compró un centro comercial de unos 645,834 pies cuadrados al grupo portugués Sonae en Madrid por $22.6 millones.
Este había sido valorado en más del doble hace dos años. Y en el sector de alimentación, la mexicana Bimbo compró en 2012 su marca en España y Portugal por unos $153 millones.
Pemex ha comprado unos astilleros especializados en España para de esta forma, no solo comprar buques, sino hacerse dueño de la empresa fabricante y su know-how, algo aun no confirmado. Se trata, en cualquier caso y por el momento, de pequeños movimientos. De hecho, hasta el grupo puertorriqueño HIMA-San Pablo está pujando por tres hospitales que la comunidad de Madrid va a privatizar los próximos meses.
De este movimiento consolidarse, la década del 2020 podría ser la de aparición de verdaderas multinacionales latinoamericanas con presencia en todos los continentes.
Corporaciones de influencia mundial que cambiarían las dinámicas no solo económicas, sino políticas, actuales y que además protegerían a los inversores y propietarios de esta empresas latinoamericanas ante crisis locales y regionales. Como sabemos, los ciclos económicos no han terminado. ¿Sabrán aprovechar las corporaciones y directivos las oportunidades de esta crisis para dar el salto?