Dormir en la casa de otros al viajar
Hace años visitar una ciudad y alojarse en casa de un desconocido podría parecer una locura, pero hoy es una práctica cada vez más extendida
Através del sitio web Airbnb, viajeros de todo el mundo entran en contacto con particulares dispuestos a alquilar un pedazo de su hogar por unos días. “Me encanta hacer que mis huéspedes tengan una estancia inolvidable. Proveerles de obsequios típicos de la zona les proporciona una experiencia única en la ciudad”, señala Clement, un usuario parisino de Airbnb. Por su parte, Tracy, de Nueva York, afirma haber sentido “que tenía un hogar y una nueva vida cuando estaba en Berlín. Llegué a conocer a los dueños de las tiendas y a los vecinos. Me sentí realmente como un berlinés más”, destaca a través de un comentario en Airbnb.
Este sitio web pone en contacto a personas que buscan alojamiento con otras que están dispuestas a ofrecerlo, ya sea alquilando una habitación de su propia casa, un apartamento completo o incluso una casa en un árbol. Las opciones son de lo más variadas y buceando en la web puede hallarse alojamiento en un castillo, en un barco o incluso en un avión.
Los huéspedes abonan el costo de las estancias que han alquilado a través de Airbnb. 24 horas después de su llegada al alojamiento, el anfitrión recibe el pago. La compañía cobra un 3% sobre el total de la tarifa a los anfitriones y entre un 6% y un 12% a los inquilinos.
DE SAN FRANCISCO A SINGAPUR
La andadura de Airbnb comenzó en 2007 en el cuarto de estar del loft que Joe Gebbia y Brian Chesky compartían en San Francisco (California). Ambos eran antiguos alumnos de la Escuela de Diseño de Rhode Island y sabían que iba a celebrarse una conferencia de diseño en la ciudad. Como todas las habitaciones de los hoteles cercanos ya habían sido reservadas, decidieron ofrecer su casa a algunas de las personas que asistieron al evento.
Así surgió la idea y en agosto de 2008 fundaron, junto a Nathan Blecharczyk, Airbnb. Hoy la compañía ofrece alojamientos en 33,000 ciudades y 192 países. Tiene su sede central en San Francisco, pero ya cuenta con oficinas en Londres, París, Barcelona, Sao Paulo, Copenhague, Moscú, Hamburgo, Berlín, Milán y Singapur.
Los números hablan por sí solos: más de diez millones de noches reservadas, más de 300,000 propiedades registradas en la web y más de 600 millones de conexiones sociales. Precisamente, una de las ventajas de este sitio web es que permite que un usuario conecte su cuenta en Airbnb con su perfil en Facebook.
UN ANFITRIÓN RESPONSABLE
En cuanto a las obligaciones de quienes alquilan un espacio, Airbnb en un apartado de la web titulado “ser un anfitrión responsable” ofrece algunas recomendaciones relativas a impuestos, normativas o seguridad.
“Asegúrate de estar al tanto de todos los impuestos o licencias comerciales necesarios y aplicables en tu caso. Ten en cuenta los impuestos de ocupación hotelera o transitoria, los impuestos sobre ventas y otros impuestos sobre el volumen de negocios (como el impuesto sobre el valor añadido o el impuesto sobre los bienes y servicios), y el impuesto sobre la renta”, aconseja la compañía a los usuarios que ofrecen alojamiento.
Airbnb aconseja a los internautas que antes de convertirse en anfitriones se informen sobre la legislación aplicable en su ciudad. “En algunos lugares, las leyes restringen la capacidad para alojar huéspedes a cambio de dinero durante estancias cortas. En muchas ciudades debes inscribirte en el registro, conseguir un permiso u obtener una licencia antes de poder publicar tu anuncio o aceptar reservas de huéspedes. También es posible que algunos tipos de reservas a corto plazo estén prohibidas. Cada gobierno aplica estas leyes de forma diferente. Las sanciones pueden ir desde multas a otros tipos de imposiciones”, advierte.
‘COUCH SURFING’
Dormir en la casa de desconocidos es otra tendencia para el viajero arriesgado. Hace unos pocos años que funciona por la red y cada vez son más lo que diseñan sus viajes de manera alternativa ( http://www.couchsurfing.org/)
Se trata de una red social para viajeros donde uno actualiza su perfil avisando a los demás usuarios de su disponibilidad en cuanto a compartir su vivienda con otro viajero.
Lo mejor es dejar dormir a un par de personas en tu sofá antes de empezar a viajar, así la gente tendrá referencias sobre ti, si te has portado bien, mal o regular, ya que todos los usuarios tienen que comentar sus experiencias.
Definitivamente Couchsurfing es mucho más que una simple forma de viajar reduciendo los gastos de alojamiento, ya que también supone la impagable referencia de alguien de confianza que reside en el lugar al que viajamos; una fuente de información, imposible de encontrar en las guías, que te ofrece tu anfitrión sobre esos lugares a donde se viaja; y lo más importante una manera de hacer amigos entrando de lleno en sus vidas, en sus casas y durmiendo en sus sofás.