El Nuevo Día

Adiós a la paz y tranquilid­ad

Un asesinato en medio de un asalto sumerge de lleno a Las Marías en la corriente criminal

- POR SANDRA CAQUÍAS CRUZ scaquias@elnuevodia.com

Es el tercer crimen violento en año y medio, después de 11 años en cero

LAS MARÍAS –

La tranquilid­ad que siempre se respiró en este apartado y montañoso pueblo hizo que Yolanda Núñez Rosado pensara que la pistola que le colocaron en la sien y el cuchillo en el cuello eran de juguetes y no armas reales para perpetrar el robo en el que fue ultimado su esposo.

Cuando fue baleado en presencia de su esposa en medio de un asalto tarde en la noche del sábado en el interior de su negocio, Aurelio Godén Sánchez, de 55 años, ingresó a las estadístic­as de la Policía como la segunda persona que asesinan en este municipio en lo que va del año y el tercer crimen que se reporta este pueblo en poco más de un año, después de que no ocurriera ninguno desde el 2000.

De ese modo, la barra y colmado Yolanda, a orillas de una carretera rural, en el barrio Palma Escrita de Las Marías, donde las viviendas quedan a varios metros de distancia, se convirtió en el escenario de un crimen. que, trristerme­nte, está haciéndose cada vez más frecuente en esta región.

“La gente se cree que por acá, en los campos, estas cosas no se dan, pero esto está igual que San Juan”, expresó Monserrate Rodríguez, residente en el poblado El Rosario, un sector rural de San Germán. y amiga de la víctima y su esposa. "Esto está malo”, dijo. Godén Sánchez era muy querido en Las Marías. El alcalde lo describió como “un amigo. Muy servicial”.

“Era una persona humanitari­a”, describió a su vez Emily Rosa, una vecina.

Hace dos años, Godén Sánchez y su esposa cerraron el negocio cuando él sufrió un derrame cerebral. Entonces decidieron alquilar las llaves del local.

Aún así, Goden Sánchez acostumbra­ba a ir al negocio para ayudar a la hora de cierre, como le ocurrió -fatídicame­nteen la noche del sábado.

Su esposa Yolanda, quien había ido a esperarlo, destacó que mientras tuvieron el negocio, el cual alquilaron hace un mes, nunca fueron asaltados, pero si re-

conoció que en ese pueblo se han incrementa­do los robos.

El sargento Julio Matos, de la División de Homicidios de la Policía, informó que el sábado en la noche, a la hora de cierre del negocio, llegaron cuatro personas con armas de fuego y el rostro cubierto. Llegaron corriendo por la estrecha carretera PR-408, hasta la entrada del local. Anunciaron el asalto. Nadie vio un auto. La Policía no tiene sospechoso­s.

La esposa explicó que a los clientes que estaban fueran los empujaron hacia el interior del local. Relató que sintió el temblor del hombre que le apuntó con una pistola, pero le indicó que no le entregaría los anillos de matrimonio y se los echó al bolsillo. Entregó las cadenas y pulseras. Los demás clientes se tiraron al suelo.

En algún momento, Godén Sánchez, supuestame­nte, golpeó a uno de los atacantes con un taco de billar. En ese momento ocurrió el disparo, relató la mujer. Recordó que vio a su esposo tirado en el suelo. Una bala le atravesó el pecho. Lo llevó al hospital. Estaba consciente. Le expresó que se sentía bien y que saldría de esa situación. Murió horas después.

LLEGÓ LA CRIMINALID­AD

Iván González, vecino de la comunidad Palma Escrita, donde ocurrió el asesinato, coincidió con la denuncia de que la criminalid­ad llegó a los campos.

“Mi papá tenía negocio allá arriba y tuvo que cerrar por los robos”, dijo el joven, quien se mantuvo sentado, junto a un grupo de hombres -algunos cerveza en mano- en un banquillo a orillas de la carretera, mirando de frente el pequeño local donde ocurrió el crimen.

González contó que la siembra que tenía a sus espaldas era de su padre y la tuvo que abandonar porque le robaban los plátanos. “Uno que decía que pa' Mayagüez no se podía ir por la criminalid­ad y ahora en el campo es lo mismo. No estamos seguros en ningún lado”, dijo.

“Aquí los robos son a cada rato”, subrayó Bautista Vélez, otro de los vecinos y quien recordó que el único asesinato que hubo el pasado año en ese pueblo fue de uno de sus hijos. “Aquí el más humilde es el que paga las consecuenc­ias”, expresó.

El primero de los tres asesinatos ocurrió en febrero de 2012 frente a un negocio del barrio Bucarabone­s. La Policía informó que aquella muerte se debió a una apuesta en una jugada de billar. David Rullán murió de tres disparos.

Un año pasó antes de que se volviera a reportar un asesinato en Las Marías. El cuerpo del estilista Milton Medina apareció quemado, en febrero pasado, en el barrio Anónes. El asesino confesó que utilizó un machete para ultimarlo.

La criminalid­ad tiene preocupado al alcalde José Javier Rodríguez, quien reconoció que en Las Marías han proliferad­o los puntos de drogas. “Lamentable­mente la ola criminal ya asecha todo el país. Esto era un pueblo tranquilo y de hace unos años para acá estamos teniendo problemas”, señaló.

Uno que decía que pa' Mayagüez no se podía ir por la criminalid­ad y ahora en el campo es lo mismo. No estamos seguros en ningún lado”

IVÁN GONZÁLEZ

vecino de la comunidad

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YOLANDA Núñez, esposa de Aurelio Godén Sánchez, llega hasta el negocio de su esposo, Colmado Yolanda, en el que este fue baleado al hacerle frente a cuatro asaltantes en la noche del sábado.
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VECINOS DEL área se aglomeran frente a la fachada del negocio en el que fue baleado su propietari­o Aurelio Godén Sánchez (abajo).
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