Vieques es nuestro
El 11 de junio de 2013, a las 8:15 p.m., la Cámara de Representantes aprobó una resolución por para que se investigue qué ha pasado con los yacimientos arqueológicos en Vieques. ¡Ojo al pillo! No permitamos que esa investigación le provea argumentos al Servicio de Pesca y Vida Silvestre para pretender justificar más restricciones y atropellos en contra de los viequenses, quienes somos dueños comunales y naturales de toda nuestra isla.
No podemos olvidar que Pesca y Vida Silvestre es una dependencia más del engranaje federal que una vez nos expropió brutalmente; que fue cómplice de la destrucción de grandes extensiones de nuestro territorio; que consintió en la contaminación tóxica de nuestras tierras y mares; que encubrió el envenenamiento mortal de nuestras poblaciones, y que ahora se resiste a que se descontaminen y se nos devuelvan nuestras tierras.
No se puede subestimar la inmensa importancia que pueden ofrecer los yacimientos arqueológicos de nuestra isla, ni su gestión en averiguar cómo quedaron después de más de 60 años de constante bombardeos, pero las prioridades hay que ponerlas en orden.
En relación con Vieques, es deber de los cuerpos legislativos establecer una agenda de trabajo que observe un orden de prioridades relacionado con los males que afligen a la gente viva, los viequenses vivos: el deterioro de la salud pública, el desbarajuste de la transportación marítima, la descomposición social, la corrupción y la criminalidad rampante.
Consideren, para comenzar, este orden de prioridades para investigar, legislar y referir casos al Departamento de Justicia: primero, ¿por qué la Laguna Anones y el destructor USS Killen radiactivo, siguen vomitando veneno al mar, contaminando las aguas y matando lo que nos queda de la industria pesquera? No esperen a que este pueblo desaparezca para que dentro de cincuenta años se investigue cómo fue que unos cuerpos legislativos que se supone que velan por el bienestar de los puertorriqueños, se hicieron de la vista larga ante las amenazas reales, de vida o muerte, que pesan hoy sobre el pueblo de Vieques.
Segundo, que investiguen dónde están los documentos de la Resolución 180 del Senado de Puerto Rico. Esta investigación comenzó en 2005, con el fin de rastrear el paradero de los $105 millones asignados para compensar parcialmente, no a unos cuantos truhanes, sino a todos los viequenses, por las décadas de expropiación, destrucción y envenenamiento. ¿Por qué se dejó esta investigación inconclusa? ¿Dónde han ido a parar sus documentos? ¿Por qué están desaparecidos sus hallazgos?
A ver, distinguidos señores y señoras de nuestros cuerpos legislativos: ¿quién se atreve ponerle el cascabel al gato? Sabemos que un exalcalde, y un burócrata corrupto del Departamento de Agricultura —acá en Vieques los conocemos como “las Ardillas” —, los han estado visitando para tratar de ponerle trabas a las investigaciones necesarias.
Investiguen y no abandonen su deber de velar por el bienestar de los puertorriqueños. ¿O es que hay que recordarles que somos los viequenses quienes formamos parte del pueblo de Puerto Rico, y no la Marina, ni Pesca y Vida Silvestre, ni el puñado de bandoleros que, al amparo de la Marina, rellenaron sus bolsillos con dinero que no les pertenece?
Cuando se dispongan a hacer lo que hay que hacer, cuenten con el respaldo, sólido y unitario, de muchos puertorriqueños de buena voluntad, de todos los partidos políticos.