Oleaje incierto
PUERTO RICO, isla rodeada de aguas cristalinas y codicia de muchos países por su belleza inigualable, sufre un vaivén político que arropa, arrastra y ahoga toda esperanza de supervi- vencia.
Este oleaje incierto nos impide flotar hacia la orilla de estabilidad financiera y emocional que tanto ansiamos.
¿Hasta cuándo tenemos que nadar contra esta corriente que cubre y hunde la confianza de llegar a puerto seguro? Mantenernos a flote es la meta, pero el límite de salvavidas nos lleva hacia el naufragio.
Solo una labor titánica nos sacará de las obscuras profundidades que no permiten ver más allá de los intereses de las entidades en las que se ha confiado el bienestar del país.
Las facturas de agua, luz, salud, alimentos y tantos otros flotan “infladas” a nuestro alrededor, pero no aflora un salvavidas apropiado que nos ampare a cada uno de los que nadamos en las aguas turbulentas de esta bella isla.
Si hundimos los intereses políticos de “todos” los partidos, sacaremos a flote el bienestar del país y navegaremos por aguas seguras.
¿Ilusorio? ¡No... solo falta voluntad para aniquilar estos intereses creados!
IVETTE COFIÑO ROBLES
SAN JUAN