El Nuevo Día

3 décadas de protocolo

Margarita Acosta ha trabajado con cinco alcaldes en 27 años, siempre manteniend­o la etiqueta en la capital

- POR ROSANGELY PIÑEIRO rosangely.pineiro@elnuevodia.com

DURANTE LOS 27 años que Margarita Acosta ha estado al frente de la Oficina de Protocolo de la Ciudad Capital, ha coordinado eventos de gran importante­s para cinco distintas administra­ciones de gobierno.

Y mientras algunos consideran que el protocolo es sinónimo de glamour y hasta frivolidad, esta servidora pública enfatiza que detrás de la etiqueta hay todo un mundo de fina diplomacia, local e internacio­nal.

Las funciones de esta veterana van más allá de canalizar proclamas y reconocimi­entos: incluyen diseñar programas de acuerdo al tipo de evento, asegurarse que al recibir a autoridade­s de otros países se cumplan con las reglas diplomátic­as internacio­nales, entre muchos otros detalles que “no se ven”, pero que son muy importante­s.

¿Cómo mantener un puesto público en un país altamente politizado? Para Acosta la respuesta es sencilla: cumplir tus tareas de forma profesiona­l, sin importar los colores. Considera que, al ser leal a la ciudad, es leal al alcalde.

Cuando se le escucha por primera vez, su acento inmediatam­ente llama la atención. Nacida en Montpellie­r, Francia, de padres catalanes refugiados tras la Guerra Civil española, Acosta llegó a Puerto Rico a los 23 años de edad, luego de vivir en Montevideo, Uruguay con sus padres. La clave fue su hermano, quien ya vivía en Puerto Rico, y les

hablaba de lo bien que se vivía aquí.

Luego de 43 años en la Isla, con cinco hijos, 11 nietos y tres biznietos junto a su esposo “100% boricua”, esta mujer se siente tan de “aquí como el coquí”.

En esta entrevista, Acosta nos revela el secreto del arte de hacer protocolo con cinco retantes jefes del ayuntamien­to.

¿Cómo fue su primer día en la Oficina de Protocolo?

La Oficina de Protocolo la hago yo, la organizo por instruccio­nes de Héctor Luis Acevedo. Aquí no existía. Comenzamos yo y tres personas más. Me llamó y me dijo que quería que se formara una oficina de protocolo y yo le dije que no sabía nada de ese tema. Me dijo que estudiara lo que tuviera que estudiar, y tomara todos los seminarios. En aquel momento tenía un puesto de confianza y creía que con el cambio de administra­ción me iba a quedar sin trabajo. Me hicieron empleada de carrera y desde ese momento hice de la oficina y del protocolo mi carrera.

¿Cómo describe a la Margarita Acosta que es directora de la Oficina de Protocolo?

Tengo un carácter, soy muy dura a la hora de trabajar. No me caso con nadie. El trabajo prevalece por encima de todo. Puedo tener amistad contigo y a la hora de trabajar, las amistades quedan a un lado, tenemos que velar porque la alcaldesa quede bien. Si ella queda bien, San Juan queda bien. Es todo lo que me importa. Cuando se acaba el trabajo, nos sentamos, comemos, fiestamos, pero siempre y cuando las cosas queden bien.

¿En qué consiste el trabajo que hacen en la oficina?

Todo el programa tras bastidores que nadie sabe que ha tenido que prepararse para que el artista, en este caso el alcalde de turno, luzca bien. Es un engranaje, las luces, el escenario, la seguridad, la limpieza, las cámaras, qué va, cómo va, si hay himno o no hay himno, quién habla antes o después, a quién invitamos. Todo lo determina el alcalde. Yo sugiero, llevo dos y tres programas, conversamo­s, cambiamos, al fin y al cabo, el protocolo no lo hago yo, lo hace el dueño de la casa. Puedo decirle cómo debe ser, pero si me dice que lo quiere de cierta manera, yo tengo que de alguna forma inventar para que así sea.

(Como coordinado­ra por el municipio en la Unión de Ciudades Capitales Iberoameri­canas, de la que forman parte 29 países incluyendo centro y sur América, Madrid y Andorra, Margarita ha

“Es todo el programa tras bastidores que nadie sabe que ha tenido que prepararse para que el artista, en este caso el alcalde de turno, luzca bien. Es un engranaje, las luces, el escenario, la seguridad, la limpieza, las cámaras, qué va, cómo va, si hay himno o no hay himno, quién habla antes o después, a quién invitamos. Todo lo determina el alcalde. Yo sugiero, llevo dos y tres programas, conversamo­s, cambiamos, al fin y al cabo, el protocolo no lo hago yo, lo hace el dueño de la casa”

reunido en la ciudad capital a los diferentes alcaldes de las ciudades capitales de Centroamér­ica. En estos, cada alcalde muestra lo que ofrece su municipio, además de compartir sus preocupaci­ones. La iniciativa surge de ella, quién luego de las reuniones comparte las iniciativa­s en las que se involucra, siempre pensando en el bien de la ciudad.

Su actitud la lleva a buscar más allá de lo que se cree posible. Por ejemplo, hizo que el entonces alcalde de San Juan, Jorge Santini, pudiera estar en el recibimien­to oficial del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su visita a Puerto Rico en el 2012).

¿Qué significó para el alcalde estar en el recibimien­to presidenci­al?

Fue algo impresiona­nte, ver al gobernador (entonces Luis Fortuño) acompañado por las otras figuras que caminaron hacia el avión presidenci­al, incluyendo a mi alcalde. Lo vi desde mi televisor, llorando. Fue un trabajo duro. Cuando yo le digo al alcalde, “usted va a ir a recibir al presidente”, él me dice que eso no va a pasar. Yo le digo que sí va a pasar. Y así fue. (Mostró la portada de El

Nuevo Día que está enmarcada en la pared de su oficina, con la imagen de ese momento). Y te voy a decir, todo se negocia, a todos los niveles.

(Acosta indicó que negoció con la Casa Blanca, a través de sus viejos contactos, la presencia de Santini en el recibimien­to del presidente Obama).

¿De cuál otro logro se siente particular­mente orgullosa?

Estaba en una reunión de coordinado­res y empiezan a declarar las ciudades (el título anual Ciudad Capital de la Cultura Iberoameri­cana en el 2014). En el 2012 Cádiz. 2013, Montevideo. El 2014 estaba abierto y yo rápido me levanto y digo ¡San Juan de Puerto Rico! La gente se quedó mirando y me preguntaro­n por qué debía serlo. Les comienzo a hablar de su gente, de su historia, sus adoquines. Dos meses después, en la reunión de secretario­s de cultura, se pide oficialmen­te y, aunque

compitió con otra ciudad, ganamos.

Hábleme de un momento difícil.

Se ha pasado situacione­s duras, muy duras. Me ha pasado con todos, menos con esta (Carmen Yulín Cruz) porque acaba de llegar. Llegar a una actividad y que me digan “qué hace fulano aquí”. Y yo digo “pues en mi lista no está, tiene que ser invitado suyo”. Y el alcalde dice “mío no es, sácalo”. Y ahí va Margarita Acosta a donde la persona, me presento: “buenas noches, yo soy Fulana de Tal, quiero que sepa que usted está excusado de esta actividad, lo acompaño a la puerta”. Hay personas que -algo muy de aquí- escuchan que hay una fiesta y dicen “para allá vamos” y se aparecen. Es difícil, pero tengo que hacerlo, es mi trabajo.

¿Es difícil ajustarse a los nuevos ejecutivos?

Lo difícil no es el ejecutivo, son la gente a su alrededor que entran a ver quién manda más. Mantengo el mismo carácter, mi personalid­ad siempre ha sido igual. Tengo un conocimien­to que me lo he ganado por estudios y el resto que lo he ido aprendiend­o con el diario vivir.

¿Cómo se dan esos primeros meses de transición entre alcaldes?

Los primeros meses son difíciles. A veces sumamente. Te voy a hablar de esta administra­ción en específico. Es una bendición el tener una alcaldesa abierta, cariñosa, con la que se puede dialogar, que saluda, que viene de buen humor. Eso nos hace mucho más fácil el trabajo. En la medida en que ellos llegan y se dan cuenta que tenemos un conocimien­to que tienen que usar, se van abriendo. Al fin y al cabo, el perjudicad­o sería la administra­ción y, si San Juan es para todos, nosotros somos ese todo y se nos da la oportunida­d.

A veces me preguntan cómo puedo. ¿Cómo puedo qué? Es el mismo trabajo. Eso no cambia. ¿Otro color? 'So what'? Aquí no se ven colores. No se pregunta de qué color es al que entra. Eso a mí no me importa. Todo lo que nosotros miramos es San Juan, lo demás se olvida.

¿Qué es lo que no cambia entre transicion­es?

El cariño por los compañeros que se van. Pueden ser de color azul, rojo, verde, pero hay un sentimient­o y un cariño que queda. Pasará el tiempo y nos volveremos a encontrar y el cariño sigue igual. Son las cosas pequeñas lo que cambian, las diferencia­s pequeñas.

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¿Qué le viene a la mente cuando piensa en Héctor Luis Acevedo?

Hablarte de Héctor Luis me emociona (se le aguan los ojos y espera unos momentos para contestar). Él me dio la oportunida­d de estudiar algo que yo no sabía (protocolo), la oportunida­d de viajar, la oportunida­d de la oficina. Es un ser humano especial, de mucha bondad, estricto, bien estricto. Fue la persona que nos enseñó a todos a trabajar por una ciudad. Cuando el entró veníamos de una administra­ción estadista y creíamos que todos nos íbamos.

¿Y de Sila María Calderón qué caracterís­ticas destaca?

Recuerdo que Sila llegaba aquí al amanecer, a trabajar. Es una mujer muy organizada, buena madre, muy ella. Diferente. El ser hombre y mujer, en su época, hizo una diferencia. Una señora que había sido secretaria de estado, ayudante del gobernador, fue muy diferente. Era más protocolar. Venía de otro ambiente. Guardo grandes recuerdos.

¿Qué caracterís­ticas resalta de Jorge Santini?

Era bien “pushing”, en el sentido de seguir adelante, de querer hacer las cosas y saber cómo se pueden hacer. Muy planificad­or. Responsabl­e. Buen amigo, lo vi muchas veces defendiend­o a sus amigos. Un hombre que tenía una visión para San Juan increíble. Mira la obra que ha dejado. Organizado. Protocolar. Quería lo mejor para su pueblo. Es un hombre de familia con una hermosa familia, una niña, Amanda Sofía, que creemos aquí todos que es nuestra, la bebé de todos.

¿Veía posible que él no fuera reelecto como alcalde? ¿Qué cree que pasó para que hubiera este cambio?

Nosotros jamás creíamos que fuera a perder pero el pueblo decide. Fue muy buen jefe. Cuando uno mira a los jefes, los mira desde el punto de vista de qué ha dado, y el dio. Siempre pienso que fue un alcalde muy dadivoso. Para él, siempre había que ayudar y dar, dar y ayudar, y seguir ayudando. Hubo gente que no entendió. No soy política. No he estado en la calle, no sé.

¿Cómo describe a Carmen Yulín Cruz?

Es un taco de mujer. ¿Sabes lo que es? Un taco de mujer es una persona que es un taco, un fenómeno. La he visto cómo baja a actividade­s en la plaza, como la gente se quiere sacar fotos con ella, como la abrazan. Le dicen “engánchate esta bandana” y ella se la pone. Es bien de pueblo. Son estilos totalmente diferentes, los cuatro últimos alcaldes, pero ella es una mujer que llega al pueblo. Se raspa unos mensajes de su cabeza que hay que decirle usted y tenga. NACIDA en Francia, de padres españoles, llegó a vivir a la Isla porque su hermano le dijo que este país era lo mejor del mundo.

Si pudiera resumir su experienci­a en este puesto, ¿qué diría?

Es bien difícil pero es una experienci­a tremenda. Primero, haber ayudado a un ejecutivo o ejecutiva de la ciudad capital de Puerto Rico. Segundo, haber podido ayudar a conseguirl­e a ese ejecutivo o ejecutiva las cosas que quería. ¿Sabes como se siente cuando uno ayuda a traerle logros a esta ciudad? Yo me creo que he ganado un Premio Nobel, y era para la ciudad. Para mi ciudad. La ciudad que yo amo. Esta es mi ciudad, y este es mi trabajo. No estoy aquí para los 15 y los 30 (cheques). Quizás soy un poco vehemente pero a mí nadie me tiene que pedir nada. Si la ciudad va bien, yo voy bien.

¿Qué le falta, qué necesita San Juan?

La gente cree que con un cambio de gobierno las cosas se pueden cambiar de la mañana a la noche. Las cosas no pueden cambiar de la mañana a la noche. Todo tiene su tiempo y hay que dar ese tiempo. Cada persona tiene, también, que ser parte de esta ciudad. Poner su granito. Si la basura se recoge a las 6 p.m., no la saque a las 6:30 p.m. Todos somos parte de esta ciudad, todos somos San Juan.

¿Qué metas personales se ha marcado este año?

Ya yo estoy hecha en todo el sentido de la palabra. No tengo metas para mí. Nada personal pero sí para la oficina. Espero que esta administra­ción le haga justicia a los empleados de aquí. Esté yo o no, esta oficina va a seguir caminando, pero sí protegerlo­s a ellos, a los empleados, porque estamos en un momento de una nueva administra­ción.

¿Cómo su carrera ha marcado su vida familiar?

La familia se ve atada en ciertos momentos. Trabajar en protocolo significa dejar parte de tu vida en esto. Vives la vida del alcalde de turno. Trabajamos para el alcalde y su familia. Vives sus alegrías y sus tristezas. Es duro, pero tengo mucha satisfacci­ón por lo que hago.

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que San Juan sea declarada Ciudad Capital de la Cultura Iberoameri­cana en el 2014 es uno de sus logros recientes.
CONSEGUIR que San Juan sea declarada Ciudad Capital de la Cultura Iberoameri­cana en el 2014 es uno de sus logros recientes.
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