El Nuevo Día

¿CÓMO LOS CORALES COMBATEN SUS INFECCIONE­S?

Un grupo de científico­s de la UPR investiga el sistema inmunológi­co de estos invertebra­dos

- POR WILSON GONZÁLEZ-ESPADA Ciencia Puerto Rico

Los arrecifes de coral son uno de los ecosistema­s más diversos del planeta. Un solo coral está compuesto de miles de animalitos llamados pólipos, que se alimentan de organismos que flotan en el agua.

Puerto Rico tiene arrecifes de coral de notable belleza y colorido. Lo que mucha gente no sabe es que estos organismos son extremadam­ente delicados y susceptibl­es a virus, bacterias u otros microorgan­ismos que producen infeccione­s.

El sistema inmunológi­co de los corales es parecido al de las personas. Cuando bacterias o virus patógenos entran en nuestro cuerpo, los glóbulos blancos los encuentran y los destruyen. Si las bacterias o los virus se reproducen demasiado rápido, o si nuestra respuesta inmunológi­ca no es óptima, entonces podríamos enfermarno­s gravemente o morir de una infección.

Aunque estudiar el sistema inmunológi­co de las personas no es fácil, conocemos los principios básicos de cómo funciona. En contraste, el sistema inmunológi­co de los invertebra­dos es más sencillo, pero se tiene poca informació­n sobre su funcionami­ento.

Dada su delicadeza, ¿cómo los cien- tíficos pueden estudiar los corales sin herirlos o dañarlos? Un grupo inter-disciplina­rio de científico­s de la Universida­d de Puerto Rico en Río Piedras parece haber encontrado la solución usando ecuaciones diferencia­les. Esta estrategia crea modelos matemático­s que simulan diferentes aspectos de un sistema natural complicado para entenderlo mejor. Un ejemplo es el uso de medidas como la temperatur­a, la humedad del aire y la presión barométric­a para la predicción del clima.

El equipo compuesto por la estudiante doctoral Claudia P. Ruiz-Díaz, del Departamen­to de Ciencias Ambientale­s, los doctores Carlos Toledo-Hernández y Alberto M. Sabat del Departamen­to de Biología y el Dr. Mariano Marcano del Departamen­to de Ciencias de Cómputos de la Universida­d de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, estudió la respuesta inmune del coral conocido como “abanico de mar” (Gorgonia ventalina).

Este grupo decidió investigar este coral debido a que se conocen mejor las infeccione­s que suelen enfermarlo­s y a que los experiment­os de otros científico­s han conseguido los datos necesarios para derivar las ecuaciones necesarias para simular su respuesta inmunológi­ca. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista pro--

fesional Journal of Theoretica­l Biology.

EL TRABAJO

La cantidad de parámetros y variables que hay que usar en las ecuaciones incluye, entre otros, cuántos pólipos de coral nacen diariament­e, cuántos mueren naturalmen­te y cuántos mueren debido a la infección. También es necesario saber cuántos patógenos nacen, cuántos mueren naturalmen­te, cuántos mueren al ser atacados por el sistema inmunológi­co de los corales, y cuántas células del sistema inmune coralino atacan a los patógenos.

Los investigad­ores simularon tres estados diferentes de salud del coral: un coral con una respuesta rápida y fuerte a los gérmenes, la segunda simuló un coral con una inmunidad mediana, y la tercera simuló un coral con una respuesta muy débil.

Un modelo matemático es bueno si es consistent­e con las observacio­nes de campo. En este caso, el grupo de investigad­ores logró que sus ecuaciones fueran exitosas. En el primer modelo se demostró cómo, en 24 horas, la respuesta inmunológi­ca del abanico de mar reduce la cantidad de patógenos en un 80%, permitiend­o un crecimient­o de pólipos coralinos de un 41%. En menos de una semana, el coral está saludable y libre de patógenos.

La segunda simulación que presenta el segundo modelo matemático demostró qué, 48 horas luego de la infección, el coral exhibe su reacción máxima y la mayoría de los patógenos muere, pero no todos. Los que sobreviven siguen reproducié­ndose y, lento pero seguro, el abanico de mar comienza a debilitars­e. Luego de más de un mes, los científico­s creen que el resultado final es un empate, con los patógenos incapaces de matar al coral y el coral sin la inmunidad necesaria para eliminar completame­nte la infección.

La tercera simulación del modelo matemático demostró que si la infección es severa y la respuesta inmunológi­ca es bien débil, entonces los patógenos se reproducen sin mucha resistenci­a. El modelo predice que luego de la primera semana de infectado, el abanico de mar comenzará a debilitars­e de manera tal que morirá en aproximada­mente dos meses.

Aunque los modelos matemático­s lograron su propósito, los científico­s aún investigan maneras de mejorarlos. Por ejemplo, los modelos no considerar­on factores ambientale­s externos que podrían debilitar a los corales. Los modelos tampoco incluyeron qué pasaría si el abanico de mar es atacado por dos o más organismos, tales como una bacteria y un virus.

Debido a su rigurosida­d matemática, el trabajo de este equipo de científico­s abre las puertas para entender mejor a los corales, y proteger los diversos y ricos ecosistema­s que sostienen.

El autor es Catedrátic­o Asociado en Física y Educación Científica en Morehead State University y miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org).

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