El Nuevo Día

ABONO PARA NUESTRA ECONOMÍA

Ante un tétrico panorama, expertos recomienda­n posibles soluciones con el objetivo de que en Puerto Rico pueda florecer nuevamente el empleo y la inversión

- Por Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com

PUERTO RICO ha regresado a 1994, al menos, en lo que atañe a empleos.

En junio pasado, el número de trabajador­es asalariado­s -exceptuand­o el empleo agrícola- regresó los niveles registrado­s hace casi dos décadas, al ubicarse en 897,500 personas.

Ello, de acuerdo con el Negociado de Estadístic­as del Trabajo federal (BLS, por sus siglas en inglés). La cifra es 4.5% menos que en junio de 2012.

El número total de trabajador­es se ubicó en 1,016,418 personas o 2.3% menos que en junio del año pasado.

Salvo en los sectores de informació­n, actividade­s financiera­s y turismo, el número de trabajador­es se redujo en los restantes siete sectores económicos que analizó el BLS al final del año fiscal 2013.

“La manufactur­a pierde empleo como en los peores momentos de la crisis. Desde 2008, ha desapareci­do una cuarta parte del sector. La construcci­ón arroja una reducción de 25% en un solo año y hoy opera a menos de la mitad de su pico de actividad”, subrayó el economista Orlando Sotomayor.

“Esto debe ser solo un preámbulo a lo que depara el segundo semestre (del 2013)”, indicó el académico de la Universida­d de Puerto Rico en Mayagüez.

“Si se da el cierre del déficit, el ajuste fiscal supera el 2% del producto bruto (PB) y eso es fuerte en cualquier país”, agregó, al explicar que los aumentos recientes en contribuci­ones pueden agravar el estado del empleo en la Isla.

Iguales que hace dos décadas

Aún cuando la tasa de desempleo se encuentra en su nivel más bajo en meses, los números de empleo total y empleo asalariado no agrícola registrado­s en junio, solo se repiten en las bases estadístic­as del BLS durante en los años 1993 y 1994.

Una sociedad sin trabajador­es es igual a niveles de crecimient­o económico insuficien­tes para asegurar mejor educación, salud, seguridad o mejores carreteras. Y en el caso de Puerto Rico, también equivale a una sociedad con menos posibilida­des para cuadrar su presupuest­o y así evitar una degradació­n crediticia a chatarra.

Utilizando los datos de empleo e inversión como preámbulo, Negocios conversó con economista­s y líderes del sector privado acerca del estado actual de la economía de Puerto Rico.

Y todos, destacaron la urgencia de que entrado el segundo semestre del 2013, se adopten medidas rápidas para poner fin al período de estancamie­nto económico que ha desembocad­o en niveles de emigración y empobrecim­iento sin precedente.

“El problema que estamos viendo es que hay distintos grupos, en la rama Ejecutiva, Legislativ­a trabajando con estrategia­s de desarrollo económico, pero son las finquitas de siempre. Se requiere un hilo conductor con tema

central”, dijo la economista Heidi Calero. Subrayó que en los próximos meses, todas las decisiones en materia económica deben tener como fin crear empleos y promover la inversión.

Muerta la inversión

“Estamos en el ojo del huracán. Se dedicó mucho tiempo a la disciplina fiscal y acabamos con un paquete de impuestos que lejos de impulsar la economía, puede hacer que continuemo­s en estancamie­nto”, declaró.

En los pasados 12 años, la inversión bruta de capital fijo se ha desplomado en Puerto Rico. El indicador se ha movido de $11,684 millones para el año fiscal 2001 a unos $10,160 millones al cierre del año fiscal 2012.

Dicho en otras palabras, el dinero que se invertía en Puerto Rico hace poco más de una década equivalía al 25% del tamaño de la economía de la Isla. En el fiscal 2012, según la Junta de Planificac­ión, la inversión bruta equivalía a un 15.5% del PB, incluyendo el plan de estímulo federal y las inversione­s públicas propias de un año eleccionar­io.

Sed de esfuerzos concertado­s

“Se necesita un director de orquesta de todas esas estrategia­s y sugiero que sea la Junta de Planificac­ión que es la que tiene la responsabi­lidad en ley”, sostuvo la también presidenta de la Asociación Puertorriq­ueña de Analistas Financiero­s (APAF).

El presidente de la Asociación de Economista­s de Puerto Rico (AEPR), Alejandro Silva Huyke, subrayó que ha llegado la hora de frenar los incentivos a la inversión extranjera basados en el cabildeo de un intermedia­rio local. Esto, porque aunque Puerto Rico necesita cantidades masivas de empleo, las nuevas actividade­s empresaria­les no requieren mano de obra intensiva.

“Pensamos que fomentar la inversión es dar financiami­ento y ofrecer incentivos”, dijo el líder de la AEPR. “Es necesario entender que hay que gerenciar el desarrollo económico”.

Un “enterprise” boricua

A juicio del presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Rico (CCPR), Jorge Cañellas, es hora de dar curso definitivo a una entidad cuasipúbli­ca de desarrollo económico, similar a Enterprise Florida y ProChile. Esas entidades hicieron posible el éxito de ese estado y de la economía más avanzada de Suramérica.

Waleska Rivera, presidenta de la Asociación de Industrial­es de Puerto Rico (AIPR) coincidió y agregó que el sector privado debe encabezar la estrategia económica de la Isla, incluyendo hacer realidad lo dispuesto en la nueva ley que autoriza la creación de una marca país. Ello, según la empresaria, debe llevarse a cabo a más tardar en un año.

Rivera fue más allá al sugerir que el sector privado también debe crear un proyecto de fiscalizac­ión del gasto público y procurar la eficiencia del aparato

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