Eso no se toca
Jamás olvidaré la cantaleta de mi madre cuando íbamos de tiendas o a la casa de algún amigo o familiar: “se toca con los ojos y se mira con las manos”. Por lo general, el regaño me lo llevaba yo, que era la más “tocona” de los Torres. Como hoy recuerdo el día que le rompí a mi tía la campana de porcelana Lladró que compró en Madrid y de la que tanto alardeaba. Me agarraron de la oreja y la tía se fue a la tumba negándome el regalo de Reyes. Claro que no he dejado de tocar, pero lo que son objetos caros, lejos pero lejos, de mí los quiero. Y más que nada me aplico el cuento cuando viajo, sobre todo en los museos. Caramba, que si una pieza de esas se rompe, capaz de que termino en la cárcel. En estos días, en Roma, tamaño susto se pegó un turista estadounidense cuando rompió involuntariamente el dedo meñique de una escultura que representaba a la Virgen que se exhibía en el Museo de la Obra del Duomo de Florencia.
La obra, una Anunciación, forma parte de un grupo escultórico en mármol de Giovanni dAmbrogio, importante escultor florentino de fines del XIV e inicios del XV. Según el diario Corriere Fioren
tino, un guardia del museo vio que el turista se acercó al grupo escultórico e hizo un gesto como para tomar la medida de la mano de la Virgen, por lo que intervino de inmediato para detenerlo pero el mal ya estaba hecho. Con horror vio cómo el dedo meñique de la mano derecha de la escultura, se agrietó con la acción del imprudente visitante.
Afortunadamente, la sangre no llegó al río. Los restauradores del museo acudieron al lugar y tras unas horas de trabajo, devolvieron el dedo a su lugar. Por suerte, la aseguradora del museo asumió el costo de la reparación y el turista no pagó ni un vellón.
Para el diario habló el director del Museo, Timothy Verdon. “En un mundo globalizado como el nuestro parece que se ha olvidado una regla fundamental para visitar los museos... ‘¡las obras no se tocan!”, dijo . De acuerdo con Verdon. Capisce!