De frente ante los cambios en beca Pell
Buscan la forma de ayudar a estudiantes afectados
TRAS CAMBIOS y recortes en la beca Pell, algunas universidades han tenido que recurrir a ideas creativas para mitigar el impacto que esto ha tenido en miles de estudiantes.
Desde julio del 2012, los requisitos de elegibilidad para la beca Pell cambiaron. El tiempo durante el cual los estudiantes pueden utilizar la beca se redujo de 18 a 12 semestres (de 9 a 6 años). Además, el salario anual máximo de un estudiante dependiente o independiente para poder recibir la beca completa de forma automática se disminuyó de $30,000 a $23,000.
Para atender estos cambios, en la Universidad del Sagrado Corazón (USC) se ampliaron los proyectos de estudio y trabajo para que los estudiantes afectados pudieran compensar la pérdida parcial de esta ayuda federal.
Además, la USC le dio prioridad a los estudiantes que reunieran los requisitos (más de tres puntos) para recibir la beca del programa de honor.
Mientras tanto, en la Universidad Interamericana se orientó a los estudiantes sobre los cambios y se les aconsejó que trataran de superar cualquier dificultad que enfrenten para evitar darse de baja.
Además, la Interamericana está realizando una revisión curricular con el propósito de reducir la cantidad de créditos para poder graduarse.
“Esos cambios afectaron mucho a los estudiantes, por eso buscamos la forma de ayudarlos”, dijo José Jaime Rivera, presidente de la USC.
Como parte de esas asistencias, Rivera comentó cómo la USC creó “un fondo especial del fondo dotal” para cubrir la mitad de los costos de los estudiantes. La otra mitad, dijo, se completó con la colocación de muchos de los estudiantes afectados en el programa de empleo a tiempo parcial de la universidad.
“Ya los estudiantes saben que tienen tres años menos para completar su bachillerato y se les orientó para que traten de no darse de baja por cualquier situación que enfrenten”, dijo Manuel Fernós, presidente de la Inter.
Además de la otorgación de una beca del fondo institucional a estudiantes con un alto índice académico, Fernós comentó que se proyecta reducir los créditos de bachillerato a un máximo de 120 a 130 y los de grado asociado a un máximo de 60 o 70.
Por su parte, Rivera destacó que este año se redujo la cantidad de estudiantes matriculados en la institución, aunque comentó que esto responde a una problemática con múltiples factores socioeconómicos que también sufren otras universidades del País. Entre estos, mencionó que cambios demográficos y migratorios han reducido la cantidad de jóvenes residentes en la Isla en edades universitarias.