El Nuevo Día

Resurgen las fallas del año epidémico

Al igual que en el 2009, escasean los datos sobre el avance del virus

- POR MARGA PARÉS ARROYO Mpares@elnuevodia.com

ALGUNOS de los ingredient­es que caracteriz­aron la epidemia de influenza del 2009 reaparecen este año, como por ejemplo, la inestabili­dad en la jefatura del Departamen­to de Salud, el poco flujo de informació­n sobre el curso de los contagios y la falta de datos actualizad­os.

Durante la epidemia ocurrida hace cuatro años, se reportaron sobre 1,349 casos y 55 muertes. Este año, solo entre el 1 de junio y el 14 de septiembre ya se han reportado 4,282 casos y nueve muertes confirmada­s.

Una de las similitude­s entre los contagios ocurridos en el 2009 y los que se registran ahora son los dramáticos cambios en el alto mando de Salud.

De hecho, en ese entonces, la jefatura de esa agencia llegó a poner en duda que a Puerto Rico pudiera llegar la llamada “gripe porcina” que hacía estragos en otras partes del mundo.

“No veo como una persona en Puerto Rico podría (contagiars­e) con gripe porcina”, sostuvo a finales de abril del 2009 el entonces secretario de Salud, Jaime Rivera Dueño.

A los pocos días (1 de mayo), sin embargo, Salud confirmó el primer caso de influenza local, una niña de cinco años que vivía en Texas y estaba de visita en la Isla.

A finales de junio, Rivera Dueño renunció y el doctor Iván González Cancel fue designado al puesto por el entonces gobernador Luis Fortuño.

Entonces, principios de agosto, González Cancel destituyó al doctor Johnny Rullán de la dirección de la División de Epidemiolo­gía de la agencia. Durante una rueda de prensa, el galeno informó que la doctora Carmen Deseda estaría a cargo de continuar la vigilancia epidemioló­gica de influenza AH1N1.

Sin embargo, el 11 de agosto de ese año Fortuño le anunció al país que urgía de un “secretario a tiempo completo”, y que por lo tanto retiraba el nombramien­to de González Cancel. Según trascendió entonces, el cirujano continuaba haciendo intervenci­ones quirúrgica­s.

A finales de agosto de 2009, en medio de la pandemia, el doctor Rafael Burgos Calderón, director del Programa de Biosegurid­ad del Departamen­to de Salud y quien tenía a su cargo la importante tarea de asegurarse de que todas las regiones de Salud tuvieran medicinas y equipos para atender la epidemia de AH1N1, renunció a su cargo.

Junto a Burgos Calderón, también di-

ALERTA Aunque la temporada alta de contagio de influenza inicia en dos semanas, hasta la fecha se han reportado nueve muertes y 4,282 casos.

mitieron otros seis miembros del equipo de empleados de confianza de Rivera Dueño, quien dejó su cargo cuando se supo que el Senado no iba a avalar su designació­n.

El doctor Lorenzo González fue designado para llenar la vacante en la dirección de Salud a mediados de agosto. SIN DATOS OFICIALES

Mientras este tira y hala ocurría, los profesiona­les de la salud denunciaba­n que la falta de acceso a informació­n “fidedigna y actualizad­a” sobre la influenza AH1N1 les había impedido tener un perfil epidemioló­gico claro de cómo la llamada gripe porcina había afectado a la población.

Ese año la informació­n pública sobre los contagios de influenza, el manejo de los casos sospechoso­s y las muertes también fue a cuenta gotas.

Cuando González llegó a la agencia prometió brindar unos informes semanales sobre el curso de la epidemia. Sin embargo, al cabo de un corto tiempo, los informes dejaron de suplirse con la periodicid­ad prometida.

Un cuadro similar ha ocurrido durante este año donde los reportes sobre el progreso de la enfermedad se difunden con poca regularida­d.

Asimismo, la estabilida­d de la direc-

tiva actual del departamen­to de Salud se ha tambaleado, al igual que ocurrió en el año de la epidemia.

El gobernador Alejandro García Padilla designó al doctor Francisco Joglar Pesquera para la dirección de Salud a principios de año. A mediados de junio, tras casi cinco meses de intenso escrutinio legislativ­o, Joglar Pesquera fue confirmado al puesto por el Senado.

Sin embargo, hace escasament­e dos semanas, en medio del caos que ha generado el manejo de un brote bacteriano en el Hospital de la Universida­d de Puerto Rico (UPR), en Carolina, los aumentos de casos de influenza y la continuaci­ón de la epidemia de dengue desde el año pasado, Joglar dimitió.

Junto a él, se fue también la directora de la División de Epidemiolo­gía, Haydée García; la subsecreta­ria de Salud, Brenda Mirabal y otros empleados de confianza. La doctora Ana Ríus fue nombrada la semana pasada para llenar la vacante de Joglar.

DIFÍCIL ACCESO

El flujo de informació­n sobre el comportami­ento del virus de la influenza de este año muestra el mismo flujo errático a pesar de tratarse de un asunto de vida o muerte para ciudadanos con ciertos padecimien­tos crónicos.

El Departamen­to de Salud llegó a dejar de actualizar sus reportes durante dos meses y solamente despachaba en su página de Internet un escueto reporte con algunos datos sobre contagios.

A petición de este diario, y ante el notable aumento de casos fuera de la temporada usual de influenza que suele comenzar en octubre, Salud comenzó a presentar un informe semanal sobre los contagios de influenza. Esto duró, sin embargo, solo tres semanas, desde finales de agosto hasta mediados de septiembre.

La semana pasada, el informe semanal prometido se ofreció con varios días de retraso (el jueves) y sin un análisis sobre las muerte ocurridas. En dos semanas comienza la temporada alta de contagio de influenza.

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EL AÑO EPIDÉMICO de 2009 se caracteriz­ó por la inestabili­dad en la cúpula del Departamen­to de Salud y por la falta de un flujo periódico de informació­n pública sobre el avance de la influenza AH1N1. Estas situacione­s se repiten este año cuando los...
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EN EL 2009, el municipio de Toa Baja decidió distribuir guantes como una medida sanitaria para su población.

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