Ponen sobre la mesa sus propuestas
En una mesa redonda en El Nuevo Día, los principales representantes del comercio y la industria dicen lo que están dispuestos a dar para ayudar a la recuperación del país
NO ESTABAN
dispuestos a renunciar a mucho. Sin embargo, cada líder de las principales industrias de Puerto Rico se mostraba ávido de trabajar por la recuperación económica del País. Pero parecían ver un camino lleno de obstáculos y dependiente de voluntades políticas que no necesariamente están en el horizonte en este momento.
Y no es para menos. El sector privado ha tenido que sobrevivir en los últimos ocho años a la decadencia de la actividad económica en el País, debida en parte al deterioro en las finanzas públicas que por años se usaron para empujar la economía.
En una mesa redonda con El Nuevo Día, 13 representantes de los principales sectores económicos del País se mostraron frustrados y un tanto a la defensiva ante el panorama que enfrentan tras la degradación del crédito de Puerto Rico, y por las recientes políticas contributivas que les han impuesto una carga mayor que hace dos años, cuando el gobierno bajó los gravámenes a las corporaciones.
Tan solo en la industria de la vivienda, alrededor del 25% del costo de las casas va a pasar directa o indirectamente al gobierno. Eso limita las ganancias y desalienta la inversión, dijo Roberto Trápaga, de la Asociación de Constructores de Hogares.
Los planteamientos generales en la mesa giraban en torno a que el gobierno, enfocado por manejar las deficiencias presupuestarias, había echado a un lado las propuestas de desarrollo económico. Los empresarios coincidían en la crítica de que el gobierno no atiende con seriedad sus propuestas.
“No es si el sector privado se atreve o no. Es si el gobierno se atreve a aceptar las propuestas nuestras”, dijo Ismael Vega, presidente de la junta de la Asociación de Hoteles y Turismo.
“Todos tenemos las ideas y se las hemos planteado al gobierno, pero lo que nos dicen es que no hay espacio en este momento porque están cuadrando la caja. Esa no es la manera de echar al país para adelante”, añadió, por su parte, Agustín Rojo, de la Asociación de Banqueros Hipotecarios.
Hubo propuestas. Arturo Carrión, de la Asociación de Bancos, señaló que plantearon el cobro automático del Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU) en las transacciones de débito o crédito. Esto tenía el potencial de aumentar la captación significativamente. Pero el gobierno descartó la idea.
Enid Monge, del Centro Unido de Detallistas, señaló que hace unos años trabajaron en un inventario de las leyes que
afectan el desarrollo de las empresas, pero la iniciativa no encontró mucho eco en las autoridades.
El presidente de la Asociación de Agricultores, Juan Reyes Ríos, señaló que el gobierno tiene una gran cantidad de tierras agrícolas en desuso que puede dar gratis en lo que las fincas logran producir y ser sustentables. Pero esto tampoco se acoge, expresó.
AUTOCRÍTICA EMPRESARIAL
Otros empresarios lanzaban autocríticas argumentando que, ante el deterioro fiscal, el sector privado debe pasar a ser el actor principal que fuerce el desarrollo de una nueva economía.
“Es necesario que pasemos ya de la tarea de ser la conciencia crítica, que es lo que hemos estado haciendo, a ser el actor que va a encaminar la economía”, dijo Waleska Rivera, presidenta de la Asociación de Industriales.
De hecho, Jorge Cañellas, presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Rico, por ejemplo, propuso que el sector privado se adueñe del proceso de desarrollo económico para así evitar los cambios en política pública que traen las alternaciones en el poder de los dos partidos políticos.
“Ese es un problema. Las estrategias van de cuatrienio en cuatrienio. No hay continuidad”, añadió, por su parte, Jorge Fuentes, de la Asociación de Contratistas Generales.
Marcos Polanco, del grupo Startups of Puerto Rico, expresó que la tecnología actualmente provee para que los empresarios se olviden del gobierno y puedan hacer gran parte de esa promoción.
No todos están convencidos. La participación del gobierno en la economía es demasiado grande, advirtió Arturo Carrión.
“Puerto Rico es pequeño y la clase empresarial tiene muchos contratos con el gobierno. El control de todo lo tiene el Estado. El Estado tiene que salirse del medio y dar paso a nuevas políticas de desarrollo económico” dijo Ferdysac Márquez, de la industria de alimentos.
“Es que se abra un espacio de participación, pero para la toma de decisiones o en la ejecución. No es que nos inviten a una conferencia de prensa después que toman una decisión o que abran una silla en una Junta para un representante del sector privado. Es ser partícipes y responsables de la decisión y la implementación”, dijo Jaime Morales, de la Asociación de Productos de Puerto Rico.
Ante esto, algunos esperaban con ansias la reunión que les prometió el gobernador Alejandro García Padilla la semana pasada para atender el tema de desarrollo económico.
“No podemos lograrlo (salir de la crisis) si no tenemos un concierto de voluntades entre el sector privado y el gobierno”, dijo Rivera.