Fiesta de antigüedades sobre ruedas
Es una costosa, pero buena inversión
CIENTOS leyeron sobre historia ayer, no en un libro, si no de la pintura y capota de las reliquias automotrices expuestas en la vigésima primera edición de La Gran Feria de Autos Antiguos de Puerto Rico, celebrada en el estacionamiento del estadio Hiram Bithorn.
En el oasis automovilístico había más de 1,600 antigüedades sobre ruedas, bajo carpas dedicadas a la Corveta, el Porche, modelos de la Ford como el Fairlane, Mustang y Modelo A, al igual que los británicos Jaguar, MG y Triumph, y modelos militares, entre otros.
Francisco Santos, de Toa Baja, es dueño de un Ford Modelo A de 1930, al que llama “mi nene”.
“Ese vehículo se usó mucho para la época del transporte de ron clandestino”, señaló el retirado de 67 años de edad, quien aseguró que en el evento “se conocen nuevas amistades y se comparte muy bien”. “Esto es un evento completamente familiar… papás con sus hijos, abuelos, tíos”, expresó José Scalley, promotor del evento. Catalogó la asistencia de muy buena y espera que hoy sea mejor.
“El hobby puede ser costoso, pero por otro lado es una buena inversión, porque tienes tu dinero asegurado, siempre y cuando mantengas tu carro en buenas condiciones… Los carros antiguos siempre van a estar subiendo de valor”, añadió Scalley.
Rubén Muñiz, coleccionista de 68 años de edad residente en Bayamón, posee un modelo Mustang de 1966 que tiene asegurado por $35,000.
“Yo combino el trabajo con el placer… Vendo seguros de autos antiguos, así que mucha gente se me acerca y compra la póliza”, comentó.