El gran reto de conocer el cerebro
El científico Rafael Yuste busca la cura de enfermedades neurológicas
LA META es sin duda ambiciosa: llegar a entender el cerebro y hasta manipularlo para ayudar al bienestar de las personas.
La ruta es empinada, accidentada y requerirá de abundantes recursos y fondos y la participación de muchos científicos y especialistas de las más diversas ramas.
Pero para el doctor Rafael Yuste, uno de los científicos detrás del proyecto BRAIN (Investigación Cerebral a través de Innovaciones Neurotecnológicas Avanzadas, en inglés) esos retos parecen ser el combustible que le impulsan, junto con el deseo de curar esas enfermedades neurológicas que hoy ni siquiera se entiende cómo funcionan.
“Los científicos somos como ese niño que nunca se calla y sigue preguntando, y por qué, y por qué”, dijo ayer Yuste ante la audiencia de especialistas que abarrotó el salón del Hotel Caribe Hilton donde, usando las mismas diapositivas que utilizó en la Casa Blanca y que llevaron al presidente Barack Oba- ma y su equipo a adoptar el proyecto, explicó la intención del mismo.
“En la corteza del cerebro se genera lo que nos hace humanos, el pensamiento, el sentimiento, la imaginación. Y está claro que todavía no sabemos cómo funciona la corteza del cerebro”, indicó Yuste, para explicar el motivo que los había lanzado a él y su equipo en esta búsqueda.
“¿Y por qué no entendemos cómo funciona la corteza cerebral?”, preguntó Yuste, antes de entrar a detallar los retos científicos y técnicos que supone su estudio.
Explicó que pese al empeño de los científicos, se habían topado con la realidad de que carecían de los equipos para ver el funcionamiento del cerebro. Dijo que, si bien se podía ver el funcionamiento de una neurona usando tintes y electrodos, “una neurona no es el cerebro”.
Por otra parte, las técnicas de resonancia magnética “han aportado muchísimo, pero nos dan solo una visión global, y cada punto son millones de neuronas”.
Añadió que también había surgido el
argumento de que es un tejido demasiado complicado, y además se hablaba de que era muy reciente en términos evolutivos. Pero el científico español, explica que las mismas estructuras se ven por ejemplo en ratones, aunque en menor número. “Es como si fuera un chip, que se replica”, abundó.
Yuste apuesta a que detrás de todo hay “un denominador común, un circuito básico”, y que podría terminar incluso siendo algo simple “como lo fue la doble hélice para el código genético”.
Precisamente esa no menos ambiciosa empresa que fue desarrollar el mapa del genoma humano es una de las fuentes de inspiración para Yuste. Recordó que el proyecto del genoma humano al principio “fue costosísimo”, reunió a muchos científicos de diversos campos.
Yuste detalló que, para el proyecto BRAIN Iniciative, como lo bautizó Obama, han propuesto 15 años. “Empezaremos con gusanos, luego moscas, peces, ratones y, eventualmente, con humanos”.
Insistió en que no es algo exclusivo de la medicina, y que necesitará de la aportación de químicos, físicos, matemáticos, expertos de computación y otros más. A manera de ejemplo, relató como gracias a colorantes sensibles al calcio desarrollados por químicos pudieron ver “como se disparaban las neuronas, en un descubrimiento accidental”.
Mostró también un experimento con un ratón, que tenía sobre su cabeza láseres desarrollados por físicos cuánticos, y abundó que usaban técnicas ópticas que fueron desarrolladas por un químico inorgánico para una tecnología de paneles solares supereficientes.
Explicó que al usar esas técnicas con un láser programado pudieron activar y desactivar neuronas, y mostró el encefalograma de un ratón epiléptico al que habían logrado detenerle un ataque.
También mostró el experimento con una mujer paralizada que, con un chip sobre la cabeza, logró mover un brazo mecánico hasta poder beber de un vaso que sostenía.
No obstante, Yuste fue muy cauteloso al hablar de las posibles curas a enfermedades neurológicas.
“No va a haber curas de la noche a la mañana. Va a tomar tiempo. No hay atajos, salvo de vez en cuando que suena la flauta y sale un descubrimiento. Pero sí les puedo dar un mensaje de esperanza, de que hay gente como yo haciendo todo lo posible por encontrar esas curas”, concluyó Yuste.