Coto a la disidencia en el PNP
En una asamblea dominada por las disputas entre sus líderes, partido aprueba un reglamento que dispone sanciones para los miembros que critiquen públicamente a correligionarios
ARECIBO - La Asamblea General del Partido Nuevo Progresista (PNP) aprobó ayer un nuevo reglamento que contiene una medida disciplinaria que pretende acallar la disidencia dentro de esa formación política.
El nuevo reglamento -ratificado con el aval de gran parte de unos 5,200 delegados- integró una norma que permite que se sancione a todo aquel que ataque verbalmente o se exprese en contra de un correligionario o líder dentro de la estructura del partido.
La persona que viole esta medida se expone a ser censurado o removido permanentemente del cargo que ocupa dentro de la colectividad.
El artículo 8 del reglamento del PNP dispone textualmente que “se considerará igualmente inapropiado e inaceptable ataques públicos viciosos e infundados de naturaleza personal contra oficiales y miembros del partido o ataques públicos a la institución. Señalamientos dentro de un marco de respeto o críticas constructivas tendrán aceptación total en el partido”.
“En casos de indisciplina evidente, temeraria o reiterada, el Directorio tendrá la obligación de censurar o suspender sumariamente de todos sus cargos en el Partido al oficial que así actúe, incluyendo el retiro de confianza. La suspensión podrá ser temporera o permanente. La decisión que así adopte el Directorio podrá ser apelada, a este organismo, por escrito presentado a la Secretaría dentro de los cinco (5) días a partir de la decisión del Directorio. La apelación resuelta por el Directorio será final y firme en todos los niveles del partido”, se añade.
Para el secretario general del PNP, José Aponte Hernández, la medida “es más un disuasivo que una acción concreta de limitar”. Su opinión, sin embargo, dista de la de varios analistas que advierten que esta restricción se aleja de los orígenes democráticos y estadistas de la colectividad e, incluso, atenta contra el derecho a la libre expresión que garantiza la propia Constitución.
De acuerdo con Aponte, la norma en cuestión le fue presentada al Directorio del PNP en diciembre del año pasado. “Dicen que era para evitarle expresiones a Abel Nazario, pero él mismo le hizo una enmienda a la propuesta y la favoreció”, dijo Aponte. La propuesta original era para que cualquiera que ataque a un novoprogresista pueda ser sometido a un proceso de querellas.
A “expresiones indebidas” Nazario le añadió “cualquier ataque sin fundamento”, indicó Aponte. “No es una cuestión que no se puede hablar, es por cualquier expresión sin fundamento y que le cause agravio a otro compañero novoprogresista. Se puede someter una querella y el Comité de Querellas puede sancionar”, señaló Aponte, al indicar que la sanción podría ser “desde (exigir) una disculpa pública hasta la expulsión”.
Aponte alegó que acciones similares están incluidas en el reglamento de la Cámara de Representantes y del Senado así como, en el del Partido Popular Democrático (PPD) y del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).
Para el abogado y analista estadista Domingo Emmanuelli, la acción de limitar expresiones fuertes que se viertan contra un candidato irían en contra de la libertad de expresión, derecho que, advirtió, va por encima de cualquier acción de un partido en su afán de reglamentar la disidencia. “Puede ser una expresión que ofenda o haga sentir mal a un correligionario. Podría decir que una persona no tiene escrúpulos, que es un trepador... Todo eso está garantizado por el derecho de la Constitución”, dijo Emanuelli.
Señaló, sin embargo, que no se permitiría decir que un candidato hizo algo, con conocimiento de que es falso. “Creo que esa reglamentación va dirigida a ser letra en papel, para tratar de lograr una disciplina en el partido”, sostuvo Emmanuelli. UNA ABERRACIÓN
Para el exsenador estadista Orlando Parga, quien fue expulsado del PNP, la prohibición impuesta es “una aberración”, más aún dentro de un partido que promulga la estadidad, un ideal que atesora la libre expresión. “¿Quién va a decidir? ¿El que hable o cause un agravio a otro? ¿Los que tienen el control del partido?”, cuestionó.
Parga también criticó el que se penalice al que vote por un candidato de otra colectividad y quede automáticamente inhabilitado de ejercer funciones dentro de su partido. El exsenador se refiere a otra parte del reglamento que indica que si un novoprogresista res-
palda a un candidato de otro partido no puede ocupar un cargo en representación del PNP en las próximas elecciones.
“Los partidos deberían ser para abrir puertas, no para cerrarlas”, dijo Parga, quien opinó que las nuevas medidas buscan “disciplinar el proceso de primarias, si ocurre”.
Por su parte, el abogado estadista José Sánchez Acosta coincidió en que las medidas que integró el PNP en su reglamento son más que una “mordaza institucional”. “De las críticas y autocríticas es donde provienen las mejores ideas y la evolución del partido”, dijo Sánchez Acosta.
Para el analista, lo que realmente busca el PNP es “callar voces fuertes e independientes que son las que permiten que el partido evolucione”. “Quieren seguir cantando la misma canción que no ha dado resultados. No permiten mentes que piensen fuera de la caja, lo que busca el partido es una forma de institucionalizarse, de encerrarse, de no crecer, de seguir dominando los que ya están adentro. Es la continuidad de lo mismo”, agregó.
Sánchez Acosta recalcó que es momento de necesitar de las mejores cabezas pensantes para poder producir cambios.
Las medidas del nuevo reglamento del PNP presentadas y ratificadas ayer no fueron objetadas por ninguno de los delegados que asistieron a la asamblea.