Matan decena de musulmanes en aldea de Nigeria
Los atacantes saquearon los almacenes de comida
YOLA, NIGERIA — Presuntos islámicos, al grito de “Dios es grande”, mataron a balazos a decenas de musulmanes en una población y degollaron a otros en el noreste de Nigeria, una zona en la que los militares han desalojado con bombardeos a los extremistas de sus reductos en la selva, dijeron ayer varios sobrevivientes.
El jefe de gobierno local Maina Ularamu dijo a The Associated Press que tuvo noticias de más de 50 víctimas musulmanas en el ataque del sábado por la noche en la población de Izghe, en la provincia de Borno.
Ayer por la tarde, se realizaron sitos funerarios para 52 personas en la mezquita central en el poblado vecino de Madagali, confirmaron representantes del recinto sagrado.
Un sobreviviente dijo que la lista de los muertos en la población suma 63. Habló a condición del anonimato por temor a las represalias.
Agregó que los atacantes saquearon los almacenes de alimentos de la población y se apoderaron de unos 10 vehículos.
Los sobrevivientes dijeron que figuraron entre centenares de personas de Izghe y poblaciones vecinas que huyeron esa noche a pie a través de la selva de Borno a Adamawa, dos de los tres estados nigerianos bajo estado de emergencia para detener el levantamiento islámico que comenzó hace cuatro años. La zona está poblada mayormente por cristianos en medio del norte nigeriano, mayormente musulmán.
Los insurgentes de la red terrorista Boko Haram atacan regularmente a civiles después de haber sido atacados por los militares.
El miércoles, la fuerza aérea comenzó a bombardear a diario los reductos islámicos en la zona cercana a Izghe, en la selva de Sambisa cerca de la frontera con Camerún. Los soldados avanzaron a pie tras los bombardeos y por lo menos nueve miembros del ejército y va- rios islámicos murieron en un intenso combate de una hora, según fuentes médicas y militares.
Tras el ataque, Ularamu pidió a los militares que emplacen más tropa, indicando que los soldados son superados en número y armas por los islámicos, que tienen armas antiaéreas y antitanques, así como vehículos blin- dados capturados en los ataques. Varias decenas más de soldados fueron emplazados los últimos días en la población de Madagali, a unos 30 kilómetros (20 millas) del lugar del ataque del sábado.
Miles de musulmanes y cristianos han muerto y decenas de miles han sido desalojados de sus casas por el estado de emergencia y por los insurgentes, quienes desean crear un estado islámico en Nigeria, la mayor productora de África de crudo, con más de 160 millones de habitantes divididos por igual entre cristianos y musulmanes.
La red Boko Haram defiende una versión del Islam que prohíbe a los musulmanes (“haram” significa prohibido) participar en cualquier actividad política o social que tenga vínculos con lo occidental.
Esto incluye votar en las elecciones, vestir camisas y pantalones o recibir una educación secular.
Boko Haram percibe al estado nigeriano como un país gobernado por no creyentes, aún cuando el país tuviera en su momento un presidente musulmán.