Seísmo en la cúpula castrense colombiana
Destituído el comandante en jefe del ejército tras desmerecer a los fiscales
BOGOTA — Las fuerzas militares colombianas atravesaron ayer un nuevo remezón con el cambio de su máximo jefe debido a declaraciones en las que descalificaba el trabajo de fiscales en investigaciones por casos de ejecuciones extrajudiciales de civiles.
Con sus más de 470,000 integrantes, las fuerzas militares vieron en la jornada cómo su máximo comandante, general Leonardo Barrero, fue pasado a retiro y relevado del cargo.
El general Barrero, de 53 años, 39 de ellos en las filas militares, fue relevado después de que la revista Semana publicara el sábado un extenso reportaje sobre presuntas corruptelas en millonarios contratos en el Ejército.
Pero aunque Barrero no fue señalado de ninguna ilegalidad, la revista divulgó el contenido de una conversación telefónica del oficial de 2012 y en la que éste hace mención a un militar encarcelado por denuncias de ejecuciones extrajudiciales que junto con otros en su misma situación deberían organizarse como “una mafia y denuncien fiscales”.
Aunque Barrero, quien ocupaba el cargo desde agosto pasado, se disculpó por esas declaraciones, Santos dijo en la jornada que tal tipo de pronunciamientos eran “expresiones irrespetuosas y desobligantes que le restan majestad frente al poder judicial y frente al país”.
Barrero fue reemplazado por el actual comandante del Ejército, general Juan Pablo Rodríguez, según anunció el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. El resto de los mandos, como el de la aviación, la armada y la policía, permanecieron con sus actuales comandantes.
La medida fue anunciada por el presidente Juan Manuel Santos, quien ya como ministro de Defensa de 2006 a 2009 debió encarar drásticos cambios en las jefaturas militares precisamente por denuncias de ejecuciones extrajudiciales.
En octubre de 2008, por ejemplo, el entonces gobierno del presidente Alvaro Uribe (2002-2010), con Santos como ministro, destituyó a 27 militares -entre ellos tres generales- por un escándalo de ejecuciones extrajudiciales de civiles que falsamente habían sido mostrados como guerrilleros y delincuentes muertos en combate. Poco después de esas destituciones, renunció el comandante del Ejército y debieron hacerse nuevos cambios en la cúpula en uno de los mayores golpes al sector militar colombiano en los úl- timos años por tratarse de civiles, algunos de los cuales probó después según la Fiscalía General que eran personas especiales o con discapacidades.
Si tales cambios, como el anunciado en la jornada, podrán tener o no un impacto de inmediato en los diálogos de paz que lleva desde fines de 2012 en Cuba el gobierno colombiano con la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), o incluso en el comportamiento o lo que llaman la moral de las tropas en su accionar contra los rebeldes, congresistas y políticos consultados por la AP parecen tener posturas diversas.