Bajo la lupa el mercado de miel en la Isla
El producto se adultera o mezcla con variedades de otros países
La venta de miel alterada con sustancias azucaradas, con agua, o con mieles importadas, es objeto de una investigación en la Cámara de Representantes.
“Ha proliferado en la Isla la práctica ilegal de vender miel que ha sido importada, rotulándola como miel del país, haciéndole creer al consumidor que es producida en Puerto Rico”, dice la resolución presentada por el representante César Hernández Alfonzo.
El presidente de la Asociación de Agricultores, Juan A. Reyes, respaldó la medida pues sostuvo que “fuentes fidedignas nos informan que hay supuestos apicultores que compran de dos a tres furgones de miel al año. Cada furgón tiene capacidad para 64 drones o 44,000 libras de miel, que proceden a revenderle aquí a otros productores más pequeños en la montaña”, dijo.
Reyes agregó que cuentan con los datos de un análisis de miel y los resultados de un caso de adulteración comprobada por un laboratorio del área oeste del país.
La debida rotulación del producto, sobre su procedencia o nivel de pureza, busca evitar problemas potenciales en la salud así como advertir posibles prácticas en usos de pesticidas no permitidos localmente.
Los apicultores de Puerto Rico atraviesan por una situación crítica, ante la importación del 98.5% de la miel consumida en el país, la adulteración del producto que se vende como puro, y la merma dramática de personas dedicadas a esta labor.
“La industria como tal no existe”, indicó Arnaldo Astacio, representante del Departamento de Agricultura (DA). A lo que el presidente de la Asociación de Agricultuores, Juan A. Reyes, añadió que la producción no es suficiente para suplir la demanda local.
Astacio indicó que, después de los huracanes Hugo y Georges, “la producción se fue a cero”. Explicó que en el año fiscal 1986 se produjeron 25,143 galones de miel; en el 1995 unos 9,626; y en 2012 unos 3,472. Mientras que el número de colmenas también va en picada; mientras en 1986 había unas 12,371 colmenas, en el 2012 el estimado rondaba apenas las 1,647.
Agregó que, de 359 apicultores en 1995, en el 2012 se contabilizaron 72. Sin embargo, hasta ayer, habían 92 apicultores registrados.
Durante una deposición en una vista pública presidida por el representante César Hernández Alfonzo, Astacio dijo que los apicultores reciben un incentivo de $3,000 al año, pero no tienen forma de establecer la producción de dicho apicultor. “Más o menos, por el número de colmenas, s'e lo que podría producir”, indicó.
El representante del DA sostuvo que “en Puerto Rico, el consumo per cápita de miel se estima en 0.15 libras. Esto significa que, teniendo una producción estimada al 2012 de 3,471.80 galones (1.5% del consumo), tenemos que importar más del 98.5% de la miel de abeja que se consume en la Isla. En el 2012, se importó un total de 1,175,369.26 libras de miel, de la que 3,881 eran de Estados Unidos; 812,716 libras de República Dominicana; y 26,234 de miel orgánica de Austria”.
“Además de la competencia desleal por adulteración o falsa representación de su producto, los apicultores tienen que trabajar en un ambiente hostil hacia las abejas por que la mayoría de las personas le tienen pánico a las colmenas y no desean un apicultor como vecino”, indicó.
Astacio agregó que se estima que, por cada dólar que el gobierno invierte en programas apícolas, se generan $10 de ganancias debido a diferentes servicios que las abejas ofrecen.
Las comisiones camerales de Agricultura y Asuntos al Consumidor trabajan con una investigación exhaustiva sobre la pureza y la procedencia de los productos de miel que se venden al detal en Puerto Rico, así como las garantías que se colocan en las etiquetas de los mismos. Hernández Alfonzo explicó que una persona diabética que puede consumir miel podría entrar en crisis por tomar un producto adulterado con sustancias azucaradas. Dijo que muchos de esos productos adulterados se venden como miel 100% pura.
Igualmente, el presidente de la Asociación de Agricultores, informó que hay casos de “negocios apícolas que importan miel en furgones de la República Dominicana, Estados Unidos, Canadá, Argentina, y otros países, la mezclan con miel producida en Puerto Rico, y el producto final lo mercadean como miel 100% pura del país”. Reyes dijo que eso también es miel adulterada, pues los néctares de cada miel son distintos.
Afirmó que esta práctica la hacen “algunos de los participantes o beneficiarios de promociones del DA, como son “De aquí”, “De mi país” y “Hecho en Puerto Rico”. Reyes agregó que rotulan la miel “como del país y hacen capital a costa de engañar al consumidor puertorriqueño y a la vez son promocionados por el gobierno local”.
Por su parte, el profesor Modesto Matías, de la Asociación de Apicultores de la Montaña, sostuvo que no está en contra de las importaciones, pero la rotulación debe incluir el país de origen y si está mezclada con productos azucarados.