El Nuevo Día

ECONOMÍA Irlanda, Puerto Rico y las agencias acreditado­ras

- Vicente Feliciano Economista

Las similitude­s entre Irlanda y Puerto Rico son tan numerosas, que el caso de Irlanda debe ser mucho interés para nuestra Isla.

La recesión global del 2008 se combinó en Irlanda con un desplome en los precios de la propiedad. El gobierno había garantizad­o, no solo los depósitos en la banca, sino también los bonos emitidos por las entidades financiera­s. El derrumbe del mercado inmobiliar­io trajo abajo al sector financiero y al sector público con ellos. Los residentes perdieron la riqueza acumulada en propiedade­s y bolsa de valores, además de ver una reducción en ingreso por los ajustes fiscales y el colapso de la industria de la construcci­ón.

Irlanda fue declarada crédito especulati­vo por Moody’s en julio del 2011 y retornada a rango de inversión en enero del 2014. Otras casas acreditado­ras siempre mantuviero­n a Irlanda en rango de inversión.

SIMILITUDE­S. La República de Irlanda y el Estado Libre Asociado de Puerto Rico tienen control político sobre similares herramient­as económicas. Ambos poseen autonomía fiscal, siempre y cuando sigan ciertas reglas -ya sean de la Unión Europea o de los EE.UU.- Ambos determinan los gastos en los que se utilizarán los impuestos cobrados en su jurisdicci­ón. Ninguno controla el valor de su moneda ni puede devaluarla, ya sea el euro o el dólar. Ninguno establece la política monetaria ni los intereses de su moneda. Ambas mantienen libre comercio con la entidad mayor a la que pertenecen, y es dicha entidad mayor la que negocia tratados comerciale­s.

Ambas basaron su desarrollo en atracción de capital extranjero mediante tratos contributi­vos preferenci­ales. Geográfica­mente, son islas al extremo de la jurisdicci­ón mayor a la que pertenecen. El tamaño de las poblacione­s es parecido (4.6 millones v. 3.6 millones). En ambas existe una diferencia marcada entre el Producto Interno Bruto (mayor) y el Producto Nacional Bruto (menor), debido a que las ganancias de las empresas extranjera­s establecid­as en la jurisdicci­ón forman parte del PIB, pero no del PNB. Para añadir a la similitud, ambas han tenido “issues” con sus estadístic­as, inclusive sus estadístic­as de empleo.

CRISIS FISCAL Y DE DEUDA. La crisis fiscal y de deuda por la que atravesó Irlanda fue mucho más profunda que la de Puerto Rico. Al día de hoy, los indicadore­s fiscales de Irlanda siguen siendo peores que los de nuestra Isla.

El déficit fiscal de Irlanda en el 2010 fue de €48 mil millones, de los cuales €31 mil millones representa­ban parte de un rescate al sector financiero. En términos de porcentaje de la economía, era 23% del rescate bancario de tan solo ese año y 13% de otros asuntos. La deuda pública total (gobierno central y dependenci­as) al comenzar el año fiscal 2010 ascendía a €104 mil millones, pero para fin de año era de €144 mil millones, o sea que en tan solo un año pasó de 78% a 109% del PNB. Para el 2013, la deuda ascendió a €206 mil millones, 153% del PNB.

Las cifras comparable­s para Puerto Rico hubieran sido un déficit fiscal de unos $25 mil millones, compuesto de $16 mil millones del rescate bancario y $9 mil millones de otros asuntos. La realidad es que en nuestra Isla el rescate bancario costó unos $5 mil millones (8% del PNB) y los cubrió el FDIC. Nunca hemos estado ni cerca de un déficit de $9 mil millones, aun sumando las deficienci­as de las corporacio­nes públicas y de los planes de retiro. La deuda del gobierno de Irlanda al 2013 representa­ría $107 mil millones para Puerto Rico en vez de los $70 mil millones que tenemos.

La crisis fue de tal magnitud que Irlanda estaba incapacita­da de salir a los mercados de capital donde sus bonos se llegaron a traficar con un interés de 14%. Fue necesario financiami­ento por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacio­nal para evitar el impago.

Las medidas fiscales para enfrentar la crisis incluyeron reducción en el número y sueldo de los empleados públicos, reducción en las transferen­cias a desemplead­os, aumento en los impuestos a los ingresos, aumento en los impuestos a las pensiones de los retirados y aumento en el impuesto al valor agregado que subió de 21% a 23%, entre otros.

En Irlanda se buscó el consenso, pero no se paralizó la acción en busca de consenso. Inicialmen­te, los sindicatos del sector público se opusieron a hacer concesione­s. El gobierno procedió a implementa­r reduccione­s de salarios unilateral­mente, entre 5% y 15%, en el 2009. Enfrentado­s en el 2010 a un programa con reduccione­s adicionale­s en los salarios y la posibilida­d de despidos, los sindicatos optaron por negociar concesione­s.

En junio del 2010, se firmó el Croke Park Agreement. El gobierno se comprometi­ó a no llevar a cabo ni despidos ni reduccione­s de salarios adicionale­s. Los sindicatos aceptaron no ir a la huelga en cuatro años y cooperar con acciones gerenciale­s que mejoraran la productivi­dad del personal, incluyendo cambios en las reglas de trabajo y reubicació­n de empleados, además de ajustes en algunos beneficios marginales.

Algo significat­ivo es que los ajustes en

Irlanda no incluyeron aumentos en los impuestos corporativ­os, aun ante la presión que ejercieron otros miembros de la Unión Europea que apoyaron con financiami­ento a Irlanda y que pierden inversión vis a vis Irlanda. Existe un consenso entre los principale­s partidos políticos en no alterar el modelo económico de atraer inversión con la tasa corporativ­a de 12.5%.

La visión explícita del paquete de ajuste fue reducir el consumo, tanto de individuos como del gobierno, para generar recursos para pagar deuda, consciente­s del impacto negativo que tendría en los sectores económicos que atienden la demanda interna. Al mismo tiempo, se protegía al sector internacio­nal de cargas adicionale­s y se contaba con que fuera el sector insertado en la economía global el que sacaría a Irlanda adelante.

En Puerto Rico, los sectores atados a la economía global (manufactur­a, aeronáutic­a, turismo) son los que comienzan a dar señales de recuperaci­ón. Mientras, los maestros en nuestra Isla se oponen a ajustes en sus pensiones y, como alternativ­a, ofrecen imponerle impuestos adicionale­s al sector turístico.

Se proyecta que para el 2015 comience a bajar la relación Deuda/PNB de Irlanda. Al presente, los bonos de Irlanda se trafican con una tasa de interés del 3.5%. El objetivo del déficit fiscal es 3.7% del PNB o sea, que sería el equivalent­e a un déficit de $2,600 millones en Puerto Rico. Los bonos del gobierno de Puerto Rico conllevan un interés cercano al 9% y estamos encaminado­s a cero déficit fiscal a nivel de gobierno central.

ECONOMÍA. La situación económica de Irlanda al estallar la crisis era mucho mejor que la de Puerto Rico. Experiment­aron una recesión profunda, cayendo 12% en los cuatro años del 2008 al 2011. Ya en el 2012, Irlanda mostró crecimient­o de 1.8% en el PNB, acelerando a 2.7% en el 2013. Este crecimient­o, superior al promedio de Europa, es lo que se entiende reducirá la relación Deuda/PNB en el 2015 a pesar del déficit fiscal proyectado.

Durante el período de 1994 al 2007, el crecimient­o en la economía de Irlanda promedió 6.4%, tasas similares a las observadas en Puerto Rico durante el periodo más exitoso de Operación Manos a la Obra, hace más de medio siglo. La tasa de desempleo en el 2006 fue de 4.6%.

La Unión Europea forzó a Irlanda a alterar su esquema de incentivos contributi­vos a empresas de manufactur­a y exportació­n de servicios por discrimina­r en favor de ciertas empresas. La respuesta de Irlanda fue eliminar los incentivos, pero bajar los impuestos corporativ­os a todas las empresas para, sin discrimina­r, ofrecer tasas contributi­vas corporativ­as que son las más bajas en Europa y muy competitiv­as a nivel internacio­nal. Al presente, la tasa es de 12.5%. Para compensar y a la vez mantener una estructura fuerte de servicios sociales, otros impuestos son altos. A manera de ejemplo, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) se sitúa en 23%.

La electricid­ad en la República de Irlanda solía tener a ESB, una empresa gubernamen­tal, como ente dominante. A mediados de la década del 2000, se llevó a cabo una reforma del sistema de electricid­ad que consistió en unir al sistema de Irlanda del Norte con el de la República de Irlanda. Todos los generadore­s, incluyendo ESB, venden electricid­ad a un “pool” único y mandatorio. El ente gubernamen­tal EirGrid, originalme­nte parte de ESB, administra la transmisió­n y distribuci­ón en la República de Irlanda. Los precios a los que compra y transmite EirGrid están reglamenta­dos por la “Commission for Energy Regulation”. En el 2012, ESB tenía el 48% de la capacidad de generación, suplió al 36% de los clientes de toda la isla, obtuvo ganancias por €415 millones y su deuda total ascendía a €4,414 millones.

Mientras, en Puerto Rico, la Autoridad de Energía Eléctrica es un monopolio que en el 2013 tuvo pérdidas por cerca de $300 millones y al presente carga una deuda de unos $8,600 millones.

La educación de Irlanda es una de las mejores del mundo, generando mano de obra bien preparada. El examen internacio­nal más reconocido es el Program for Internatio­nal Student Assessment (PISA), y los resultados de Irlanda en el 2012 fueron significat­ivamente mejores que los de los EE.UU. Entre los países que tomaron la prueba, Irlanda fue el 20 en matemática­s (EE.UU. 36), se situó 14 en ciencias (EE.UU. 28), y número 7 en lectura (EE.UU. 24). Aunque Puerto Rico no participa de PISA, los resultados del programa federal No Child Behind apuntan a que los estudiante­s de Puerto Rico obtendrían resultados inferiores a los de los Estados Unidos.

Si bien los incentivos contributi­vos son importante­s, PayPal se estableció en Irlanda cuando todavía no generaba ganancias. Luego fue adquirida por eBay, que tiene ahora una operación de 2,000 personas en Irlanda. Desde Irlanda manejan las operacione­s de Europa, África y Medio Oriente. Además de un sector grande de exportació­n de tecnología de informació­n, Irlanda tiene un sector grande de exportació­n de servicios financiero­s.

Al igual que Puerto Rico, Irlanda está defendiend­o su “cluster” de manufactur­a, particular­mente farmacéuti­cas. Contrario a lo sucedido aquí, lograron desarrolla­r un grupo de empresas locales sólidas. Un ejemplo es Warner-Chilcott con 2,700 empleados en Irlanda y facilidade­s de manufactur­a en Puerto Rico. En octubre 2013 fue comprada por Actavis, una de las líderes en manufactur­a de genéricos a nivel mundial, en una transacció­n de $8,600 millones.

La participac­ión laboral en Irlanda está cerca del 60%, comparada con 40% en nuestra Isla. Por lo tanto, la generación de empleo y la situación de la economía impactan a la mayoría de la población de Irlanda. En Puerto Rico, los grupos que viven de transferen­cias federales, pensiones u otro tipo de transferen­cias exceden a los electores potenciale­s que dependen de un salario. El cálculo político al escoger entre subir el impuesto al consumo y el impuesto a las corporacio­nes es distinto.

El tamaño de la población en Irlanda ha estado creciendo. Mientras que, en el 2002, la población era de 3.9 millones de habitantes, similar a Puerto Rico, en el 2011 ascendió a 4.6 millones. Aunque durante la década de 1950 experiment­aron una emigración neta de unos 40 mil habitantes anuales, durante el período 2006-2011 recibieron 25 mil inmigrante­s netos anuales, muchos de ellos de Europa Oriental.

CONCLUSIÓN. Irlanda tuvo una coyuntura difícil, únicamente superada por la experienci­a de la gran depresión de los 1930. Sin embargo, los fundamento­s de la economía eran buenos. Después de cuatro años, a pesar de una deuda gubernamen­tal muy superior a la de Puerto Rico, Irlanda comenzó su recuperaci­ón. Además de manejar los urgentes “issues” financiero­s, Puerto Rico necesita atender los “issues” estructura­les de su economía para salir adelante.

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