Dan por estrellado el avión de Malasia
La noticia significó que era prácticamente imposible que alguno de los 239 pasajeros y miembros de la tripulación del avión pudiera haber sobrevivido
KUALA LUMPUR, Malasia. — Era la fatídica noticia que temían los familiares de los desaparecidos, y cuando la escucharon el lunes de labios del primer ministro de Malasia hubo alaridos y un intenso desconsuelo: el avión desaparecido de Malaysia Airlines cuya suerte era un misterio que consumía al mundo se desplomó en un remoto paraje del Océano Índico.
La noticia, basada en nuevas evidencias obtenidas de un análisis sin precedentes de datos satelitales, significaba que era prácticamente imposible que alguno de los 239 pasajeros y miembros de la tripulación del avión pudiera haber sobrevivido.
Esa certeza puede ayudar a los familiares a aceptar el desenlace 17 días después de que su pesadilla comenzó cuando el Boeing 777 inexplicablemente desapareció de los cielos de Asia el 8 de marzo durante lo que se suponía que era un vuelo nocturno de rutina desde la capital de Malasia hacia Beijing. Pero la más reciente pista es también apenas un pequeño paso para resolver uno de los grandes enigmas de la historia de la aviación.
Dado que la ubicación precisa del vuelo 370 aún es desconocida — muy probablemente está en algún lugar en el fondo del mar en una zona remota del sur del Océano Indico— muchas preguntas siguen sin respuesta acerca de lo que hizo caer el avión y por qué.
Y la agotadora búsqueda de los restos y las cajas negras de la aeronave podría tomar años. La labor, que involucra a una fuerza multinacional que barre una vasta región del océano cuyo oscuro lecho está hasta 23,000 de profundidad, ha sido desalentadora. Tanto es así, que también es posible que nunca se encuentre lo que queda del avión.
En Beijing, los familiares que han seguido cada giro y detalles de la búsqueda lloraban desconsoladamente cuando escucharon la noticia. Una mujer se desplomó y cayó de rodillas mientras repetía entre sollozos: “¡Mi hijo! ¡mi hijo!”.
Vestido con un traje negro, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, realizó el sombrío anuncio en un inesperado comunicado nocturno ante los periodistas en Kuala Lumpur. La información, dijo, se basa en un estudio de los datos de un satélite que había recibido las últimas señales conocidas desde el avión mientras se dirigía hacia el sur.