Hombro con hombro por el País y la Universidad
La convocatoria hecha por la rectora interina del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico a los exalumnos del centro docente para trabajar unidos en propuestas tanto para la institución como para el resto del País, es un excelente llamado
El llamado retorno de exalumnos al Recinto de Río Piedras fue un apropiado contexto para que la doctora Ethel Ríos, recordara a los egresados de ese centro docente la imperiosa necesidad de trabajar y aportar en conjunto, no sólo para atender los grandes y puntuales desafíos del momento, sino para construir en bien de generaciones futuras.
“Necesitamos que estos exalumnos le devuelvan a la Universidad parte de lo que han recibido de manera que se pueda seguir ayudando a las generaciones por venir”, fue el contundente llamado de la doctora Ríos.
Se trata de un oportuno recordatorio puesto que, en la mayoría de las ocasiones, cuando se habla de la comunidad universitaria, muchas veces nos olvidamos de que los exalumnos tienen un papel fundamental en el diálogo continuo que debe tener la Universidad del Estado con la comunidad, en particular, y el País, en general, en lo que respecta la búsqueda de soluciones duraderas.
Sabemos que hay un caudal de talento extraordinario en los exalumnos de la UPR, muchos de los cuales están ávidos de aportar ideas y propuestas de cómo ayudar a la Universidad a no caer en la obsolescencia y mantener los niveles de excelencia educativa que la han caracterizado a pesar de los grandes problemas fiscales que la han caracterizado en los últimos años, conjugado esto con la constante lucha por la defensa de su autonomía.
Este afán de aportar está recogido en las expresiones de la presidenta de la Asociación de Exalumnos de la UPR, Isabel Landruá, quien dijo que antes de abril presentará a la rectora y al presidente Uroyoán Walker un plan de trabajo a corto y mediano plazo para ayudar en el manejo de nuestra alta casa de estudios.
Este plan recoge las recomendaciones presentadas en un foro que se celebró en octubre del año pasado con graduados convocados para aportar ideas para mejorar la UPR y hacer que la institución siga siendo una institución relevante en nuestra sociedad.
Pero además de aportar ideas, la UPR necesita generar una
“Por 111 años la UPR se ha distinguido por su tradición de excelencia en la educación superior. Pero para continuar impactando la vida de nuevos estudiantes y de la sociedad puertorriqueña, la Universidad de Puerto Rico necesita de la ayuda de sus exalumnos de todos los recintos”
cultura de donaciones de sus exalumnos, como la hay en los Estados Unidos, donde un promedio de un 63.7% de los egresados de las universidades, ya sean estatales o privadas, contribuyen económicamente a su alma mater.
Estas donaciones son necesarias para apoyar proyectos de infraestructura, los programas de maestría y doctorado del Recinto de Río Piedras, el cual provee becas a estudiantes con méritos y ejecutorias académicas sobresalientes, la promoción de investigaciones, actividades relacionadas al acervo cultural y artístico, y eventos deportivos y atléticos, entre otros.
Por 111 años la UPR se ha distinguido por su tradición de excelencia en la educación superior. Pero para continuar impactando la vida de nuevos estudiantes y de la sociedad puertorriqueña, la Universidad de Puerto Rico necesita de la ayuda de sus exalumnos de todos los recintos.
Es por ello que el sentido de pertenencia a la UPR tiene que trascender la nostalgia que permea en el día del retorno. Aspiramos ver un auge en la participación de toda la comunidad universitaria que incluye a alumnos, exalumnos, profesores, personal administrativo y demás empleados, trabajando unidos por una mejor universidad.