Dolores Pedro, la María de Cristo 33
La actriz y animadora se une al montaje experimental que recoge la crucifixión de Cristo, escrito y dirigido por Doel Ramírez
Nunca antes Dolores Pedro había sido “el arquetipo de los arquetipos, la madre de las madres, el origen”. Esta vez el velo de la madre de Jesús no caerá sobre una mujer con el tipo físico que el cine nos contó. Mulata será la María del montaje experimental Cristo 33 que sube a escena este viernes y llegará a teatros en Juana Díaz, Santurce y Aguada.
“Bueno, María he sido porque me llamo María Dolores”, cuenta la actriz cubana radicada en la Isla con su voz serena y riendo con los ojos.
“No tengo el privilegio de la maternidad así que a la hora de trabajar estoy recurriendo a lo que es el amor y la pérdida desde las experiencias que he tenido en mi vida con mi madre -que es mi gran modelo- y pérdidas importantes y cercanas”, dice men- cionando, entre otras, el fallecimiento de un hermano y una hermana.
En el caso de su madre, señala, para salir adelante se aferró a la “a la existencia de sus otros hijos para los cuales entiende que debe estar”. “Como hay un momento que Jesús dice 'Madre, este es tu hijo' (a Juan) desde ahí hago el vínculo y la analogía de querer estar”, señala, “en el caso de mi madre se acercó a mi hermana, le dio un beso y le dijo 'vete con tranquilidad' y no tengo palabras para explicarlo, estoy intuyendo”. Pedro señala que la vivencia de María y de su propia madre es tan terrible que ni tan siquiera existe una palabra para nombrarla.
“Esta es la experiencia”, dice. “Yo estoy como una nené diciéndole a esa existencia divina 'utilízame'. Voy a hacerlo desde lo que conozco de mi oficio; iré a mi memoria emotiva, a mis pérdidas fuertes y cercanas y uniré esos sentimientos para ponerlos en función de Cristo 33”.
Además el personaje le permite comprender que soltar al mismo tiempo ata a un amor infinito. “La obra es un reconocimiento de la riqueza que trae la aceptación, al crecimiento que trae el aceptar que, aunque no lo veas, estás convirtiéndote, como dice el Maestro, en un ser humano elevado. Ahí viene la práctica de la fe, la confianza, es una manera de crecer tan grande”. EL MONTAJE. Pedro considera que la versión de la historia bíblica que trabajan le ofrece “un homenaje al Maestro de maestros, a su pensamiento y a su conciencia crítica”.
“También me doy cuenta de que es un homenaje a uno de los oficios más antiguos que es el teatro. Cristo 33 te va a recordar, por momentos, a los autos sacramentales que empezaron en las iglesias con el cristianismo primitivo y en los que recreaban los pasajes bíblicos”.
Detalla que en la obra “es tanta la interpretación desde la imagen, desde el silencio, desde el movimiento y la música”. “La música es uno de los personajes protagónicos. Hay texto, imagen en movimiento, imagen cantada y nuestro amor e interpretación. Estoy muy contenta, el junte de voluntades es precioso. Estamos dando el todo por el todo”, señala. ESOS OJOS. Pedro disfruta plenamente su rol como una de las animadoras de Aquí se habla de todo, programa que emite el Canal 6. Aunque el público la ha visto en el cine y en el teatro, ha tocado nuevos televidentes con el programa. “Esos ojos”, le dice la gente en la calle poco antes del “¿tú eres Dolores Pedro?”, que le sigue.
“Los ojos son un sello de los Pedro”, cuenta pestañeando, “yo estoy muy agradecida de que Ángela (Meyer) haya confiado en mí y del grupo que ella ha logrado combinar. Para mí es un manjar por la admiración que siento por todas esas personas”.
Ese “duende” -según describe- que la impulsa a crear o buscar nuevos proyectos la mantiene alerta. Posee el derecho legítimo sobre las obras de sus hermanos dramaturgos, como Alberto Pedro, y piensa involucrarse en algunos de sus montajes. “Si tú quieres tener una noción de esa dimensión desconocida que es Cuba puedes leer muchas obras, entre ellas las de mi hermano Alberto que se han montado aquí, en Miami y Nueva York. En mayo viene El delirio habanero”.
Si bien aclara que “mis hermanos son los dramaturgos”, acepta que “estoy haciendo el tratamiento”, a una historia por episodios que incluye a cuatro niños.
“Carola García escribió cosas para niños y fueron joyas. Ahí trabajé para ellos. Tengo la fantasía de trabajar para y con niños, me muero por compartir escena con ellos”, confiesa.
Como “una nené” quiere disfrutar de la espontaneidad máxima.