Piden pesquisa imparcial del caso
Familiares, conocidos y políticos despiden al militar Iván López López, protagonista de acto violento en Fuerte Hood
GUAYANILLA - “En esta tragedia todos hemos sido víctimas, incluyendo a mi hijo (el soldado Iván López López)”.
Con esa expresión, Iván López, padre, despidió al mayor de sus cuatro hijos, soldado activo del Ejército y autor del acto violento en el Fuerte Hood, en Texas, en el que quitó la vida a tres militares e hirió a otras 16 personas.
“Agradezco al presidente (Barack) Obama el haber solicitado una investigación al respecto porque para nosotros es muy importante que se conozca toda la verdad, con la intención de que esta situación trágica no vuelva a ocurrir", expresó López, quien abundó que su petición es “que se investigue a fondo y de forma imparcial”.
Las expresiones del progenitor las leyó ayer el alcalde de Guayanilla, Edgardo Arlequín Vélez, durante los actos del sepelio. El ejecutivo destacó que tanto él como los guayanillenses estaban orgullosos de López López y procedió a entregarle al padre una bandera de Puerto Rico y la de ese municipio.
Arlequín fue maestro de música y director de la Banda Escolar de Guayanilla durante los años en que López López tocaban el redoblante. El alcalde lo recordó como "tranquilo, obediente, responsable y apasionado”.
Las expresiones, todas desde el altar de la parroquia Inmaculada Concepción, también incluyeron las de la hija mayor del difunto.
La joven aprovechó para agradecer la asistencia y las muestras de apoyo. También elogió a su padre. “Agradez- co a Jesucristo que me permitió tener una padre extraordinario. Espero continuar sus enseñanzas”, dijo.
El procurador del Veterano, Agustín Montañez, también llegó a los actos del sepelio. Dijo que se unía al reclamo de López de que se investigue todo lo ocurrido en este caso, incluyendo la salud mental del fallecido militar.
Las expresiones se hicieron al terminar la misa. La iglesia estaba repleta de público. El ataúd, sobre el que había una bandera de los Estados Unidos doblada, estuvo flanqueado por un grupo de veteranos que escoltó el féretro desde la funeraria hasta la parroquia.
El lugar del sepelio cambió. Trascendió que hubo problemas con la tumba que tenían en Guayanilla, por lo que el Ejército le compró un panteón en Getsemaní Memorial Park, en Sabana Grande.
Un grupo de soldados, vestido con gabán oscuro, se mantuvo en la funeraria realizando las gestiones oficiales mientras otros escoltaban a la familia, en especial a Karla López, viuda del militar, y al padre del occiso.
López López, de 34 años, estuvo des- tacado en Irak en el 2011 y era evaluado por médicos para determinar si padecía de trastorno de estrés post traumático (PTSD). Hace unos días, su padre había dicho que su hijo no podía estar “en su sano juicio” al momento en que ocurrieron los hechos.
El militar guayanillense se suicidó luego de ocasionar el incidente, el miércoles de la semana pasada, en el que fallecieron tres soldados y otras 16 personas resultaron heridas.
Entre las víctimas fatales del ataque a tiros se encuentra el sargento puertorriqueño Carlos Lazaney.