La Semana Mayor

Hoy inicia una semana especial en la que podemos realizar la conversión que necesita nuestra vida, pues todos precisamos un cambio.

Meditemos sobre la Semana Santa, que es la Semana del Camino de la Cruz, pasión y muerte de Jesús, que muere por todos nosotros. En ese Camino de la Cruz, que es el Camino de la Vida, encontramos al Cirineo, hombre que obligan a que ayude a Jesús a cargar la cruz.

Existe tanta gente a nuestro lado que necesita un Cirineo para que les ayude a cargar la compra, guiar el automóvil, servirle la comida, llevarle al médico, marcar el teléfono, que le escuchen, que le den un abrazo, que le hagan una visita, que le paguen el agua o la luz, que le escuchen y más. Podríamos reflexionar si podemos ser Cirineos para quienes lo necesitan.

Hagamos una profunda reflexión sobre nuestra disponibilidad de ser los Cirineos de nuestra comunidad y del país.

En el Camino de la Cruz, una mujer valiente y compasiva, La Verónica, ve a Jesús tan maltrecho que se acerca y le limpia el rostro, un gesto de gran amor y compasión. Una mujer valiente pendiente de la necesidad del otro con suavidad y entrega.

Hoy es un buen día para reflexionar si somos la Verónica, que nos acercamos para aliviar a los otros que esperan nuestra caricia de amistad y amor ante el dolor que viven. Seamos las Verónicas del centro de trabajo, de la familia, de los amigos y de los otros.

Semana Santa es María, la madre que lo acompaña firme y en silencio profundo. Le arrancan a su hijo único de su vida y su corazón queda destrozado. Cuántas madres en nuestro país están destrozadas por hijos adictos, en la cárcel, con cáncer, muertos a causa de la criminalidad, niños con necesidades especiales y más. Hagamos un trabajo de apoyo, consejería, espiritualidad para dar fuerza y dirección a éstas madres.

Hoy es un día para trabajar con lo que nos aleja del Creador. Semana Santa, tiempo de silencio profundo para hablar con el Dios de la vida, un tiempo de acercarnos a nosotros, a los otros y a Dios.