VIGILANTES DE ASTROS
Los miembros de la Sociedad de Astronomía del Caribe promueven el aprendizaje de lo que acontece en el universo
"No me había detenido ni un solo segundo a pensar en las estrellas".
Haruki Murakami, Kafka en la orilla
La noche estrellada está llena de imposibles. Imposible contar los astros. Describir la belleza. Descifrar los misterios. Pero esa cualidad de inalcanzable tiene un encanto natural. Seduce.
Observar a través del telescopio nos acerca al universo del cual somos parte. Provoca montones de interrogantes y responde muchas otras. Así queda demostrado esas noches en las que los miembros de la Sociedad de Astronomía del Caribe salen a perseguir lunas, planetas y estrellas.
Fundada en el 2000, esta organización tiene la meta de familiarizar a la gente con la astronomía. Y si es por la cantidad de personas que réune un sábado, en un lugar distante del sector Pitahaya en Cabo Rojo o en los alrededores de El Morro en San Juan, el Observatorio de Arecibo bien que lo han logrado.
Un sábado reciente, en Cabo Rojo, los carros comienzan a llegar a las 7:00 p. m. a la finca donde se llevan a cabo las observaciones.
Los conductores, algunos experimentados en el asunto de escudriñar el espacio, otros principiantes que llegan desde Caguas, San Juan o Mayagüez, apagan las luces rápidamente tras estacionarse en dirección opuesta a donde se ubicarán los telescopios.
Es una de las instrucciones que deben seguir. Si alguien rompe la regla y alumbra con alguna luz blanca, los ojos tardan entre 30 minutos a tres horas en adaptarse nuevamente a la oscuridad, algo esencial para apreciar al máximo el cielo nocturno. Así es que aquí, la tiniebla se respeta.
Sólo se permiten luces rojas que los asistentes utilizan lo mismo para verse las caras que para alumbrar una mesita de dominó, si alguien quiere tirar las fichas durante la velada. Algunos de los observadores, al igual que Eddie Irizarry, presidente de la Sociedad de Astronomía del Caribe, cargan en el bolsillo un apuntador de láser para señalar, como él dice, "los objetos" en el espacio.
Con toda naturalidad, el presidente de la Sociedad enciende el apuntador. Señala e identifica por su nombre todo lo que brilla allá arriba, como si se tratara de un residente de San Juan que camina sobre los adoquines y le cuenta a un turista aquello es el Morro; esto otro, La Fortaleza.
Esta noche las nubes amenazan la visibilidad y muchas personas llaman por teléfono a Irizarry para preguntar si sigue en pie la actividad. Él responde que sí porque según los pronósticos que ya han verificado en diferentes programas y aplicaciones en el Ipad o el celular, el cielo aclarará.
Sin embargo, los telescopios no se instalan hasta que ésto ocurra, como una medida de precaución para protegerlos de la lluvia.
TANTO POR CONOCER
Aún así, el cielo es tan rico en detalles que siempre hay algo que ver. Irizarry aprovecha este hecho para entablar conversación y satisfacer ese algo que los presentes, en particular los primerizos, demuestran desde su llegada con miradas y palabras: curiosidad.
-"¿Ven aquel punto tan brillante en el cielo?", pregunta el presidente al gentío reunido a su alrededor que crece con el pasar de los los minutos.
-"Es la estrella más luminosa de todas que pueden verse desde la Tierra", les explica al tiempo que la señala su apuntador, cual maestro que enseña una lección.
Luego, muestra la constelación que los marineros nombraron Cruz del Sur porque te ayuda a ubicarte si te pierdes. También el cinturón de Orión, que en Puerto Rico y otros lugares del mundo conocemos como los Tres Reyes Magos. Salvo algunas referencias familiares a nuestra cultura, el nombre de los astros proviene de la mitología griega.
Entre preguntas, respuestas y datos, el pronóstico se cumple. Entradas las 8:00 p. m., el firmamento es una tela negra preñada de lucecitas de diferentes tamaños. Comienza la instalación de los equipos. La oscuridad impide ver los detalles de cada telescopio y, aún así, la complejidad de algunos es evidente en su apariencia o el tiempo que toma instalarlos y ponerlos a funcionar.
Los telescopios permiten hacer algo tan maravilloso como inconcebible: retroceder en el tiempo. Así es porque en el universo la velocidad de la luz es un paso de tortuga. Entonces, cuando miramos una estrella que se encuentra a miles de años luz de distancia, lo que vemos es realmente un reflejo de su pasado. Algo que ya pasó.
Irizarry instala su telescopio mientras explica cada detalle de su funcionamiento a una señora que se debate en cuál equipo adquirir. La diferencia en precio entre uno y otro modelo puede llegar a ser de miles de dólares, similar a las cámaras fotográficas profesionales.
Sin embargo, es posible observar bastante sin invertir demasiado. El mercado tiene disponibles modelos con sistemas de posicionamiento global (GPS) integrados para localizar cientos o miles de objetos sin necesidad de conocer nada respecto a ellos. Se aprende con la práctica.
Los telescopios, de diferentes formas y tamaños, forman una línea y cada uno apunta a algún lugar distinto de todos los que están más visibles hoy. Unos miran hacia Júpiter, otros a la Nebulosa de Orión (que es una formación de estrellas), a Marte o a Saturno. Además, hay una posibilidad de observar el Cometa Jacques, descubierto recientemente. La gente, incluyendo muchas familias con niños, se organiza en filas.
Mientras se completan los preparativos para observar, se escuchan conversaciones que nada tienen que ver sobre la tarifa de la luz o el informe del GAO. Aquí importan otras cosas.
- ¿Ya viste a Júpiter?, le dice un hombre a otro para iniciar un diálogo.
COMPARTIR UN AMOR. La sociedad tiene más de 75 miembros. Estos apasionados del universo colaboran en la planificación de actividades. También ponen a dispocisión de otros sus telescopios y, quizás lo más importante, comparten el conocimiento que adquieren al estudiar por su cuenta el tema de la astronomía. Algunos, como Irizarry, forman parte del Solar System Ambassadors de la NASA. Quienes solicitan y son aceptados en este programa, participan varias veces al mes de videoconferencias con científicos de la agencia sobre las diferentes misiones que realizan.
"Soy miembro desde el 2004 y he aprendido muchísimo. Uno puede leer información en revistas pero obviamente no es lo mismo que hablar directamente con personas que, por ejemplo, fueron parte de la misión de llevar carritos exploradores a Marte", comenta Irizarry.
La sociedad está, además, afiliada al programa Night Sky Network de NASA y a la Astronomical League.
A Irizarry le precedieron el presidente fundador, Rafael Castro (quien no pudo ser contactado para este artículo) y el doctor Efraín Vidal, quien opina que otra de las misiones de la sociedad es compartir con la gente información con base científica.
"Hay quienes se aprovechan y desinforman diciendo que objetos que uno sabe que son satélites o fragmentaciones de meteoros, son ovnis. Nosotros informamos a la gente con la ciencia, con la realidad", apunta.
SIEMPRE HAY UN PLAN B. Durante el día, y también durante la noche, el cielo sorprende. Esta noche, después de un rato las nubes comienzan a aparecer otra vez. -"Vamos al plan B", anuncia Irizarry. Muy cerca del telescopio tiene una caja de plástico. Le quita la tapa y deja al descubierto un montón de cajas más pequeñas y bolsas donde está meticulosamente ordenada una colección de meteoros. Algunos han sido donaciones a la sociedad. Otros, su presidente los compró al Museo de Historia Natural de Nueva York o a coleccionistas.
Irizarry abre una de las cajas y muestra un pedazo del meteoro del tamaño de una casa que el 15 de febrero de 2013 cayó en Chelyabinsk, Rusia.
"Este meteorito es ampliamente conocido, debido a lo impresionante que fue su caída, que produjo una onda que hirió a más de mil personas", comenta.
Otro fragmento curioso fue encontrado en un sector de Argentina conocido como Campo del Cielo. Se trata de una roca cuyo
peso es muy superior a lo que se esperaría según sus proporciones.
"Pesa 12 libras. Esto se debe a lo denso de sus materiales: níquel y hierro", explica Irizarry.
Un joven pide tocarlo para confirmar el dato y el gentío le secunda. Se forma un coro de "wow", "es verdad", "qué mucho pesa", "¡toqué un meteorito!".
Luego, Irizarry toma otro fragmento y le coloca una pequeña linterna debajo. La luz traspasa pequeños espacios cristalinos de la piedra y ésta brilla. Este tipo de meteoro conforma sólo el 1% de los hallados en la Tierra y se llama palasite. Su brillo se debe a la presencia del mineral olivina. DIMENSIONES DEL ESPACIO Cuando el cielo despeja, es posible observar a Saturno, el planeta que muchos aficionados de la astronomía reconocen como uno de los objetos más preciosos que podemos observar.
"Muchos lo encuentran tan impresionante que hasta preguntan si no hay laminilla pegada en el telescopio. Es uno de los objetos que más impresiona. En una ocasión una muchacha comenzó a brincar cuando lo vió, como si se hubiera pegado en la loto", cuenta Camille Morales, quien pertenece a la sociedad.
Y así ocurre. Grandes y chicos se emocionan cuando son capaces de satisfacer esa curiosidad que provoca el espacio. Muchos de los que llegan a las noches de observación nunca antes han mirado por un telescopio.
"Algunos no miran ni al cielo. No saben cuando están viendo un planeta", indica Irizarry.
Gente como Mariluz, quien llegó desde Caguas con su familia y una pareja de turistas norteamericanos, participa de las actividades de observación desde sus años en la universidad.
"No tengo un telescopio, pero me encanta. Para mí, es algo espiritual", dice.
Los miembros de la sociedad, por su parte, afirman que con la observación del universo se gana perspectiva.
"Uno cobra conciencia de quienes somos y hacia dónde vamos. El calcio de huesos, el hierro de la hemoglobina, todos los minerales en nuestro cuerpo están también en el universo", apunta Vidal.
En los seis años que lleva al frente de la organización, Irizarry siente que su visión acerca del mundo y la humanidad también se ha transformado.
Será porque, según su experiencia, "al ver tantas y tantas cosas que existen nos damos cuenta de que la Tierra no es tan especial en la inmesidad del universo".